El huracán Odile tocó tierra este lunes cerca de la localidad turística mexicana de Los Cabos,  donde miles de turistas, la mayoría extranjeros, se resguardaban en hoteles  habilitados como refugios, al tiempo que residentes de la zona fueron traslados  a albergues, informaron portavoces del gobierno.

La fuerza del huracán, cuyas bandas nubosas abarcan un diámetro de 1.000 km  y se desplaza a 28 km/h hacia el nor-noroeste, obligó a las autoridades a  resguardar a unos "30.000 turistas, 26.000 extranjeros y 4.000 nacionales", en  18 hoteles de la zona certificados como refugios, dijo a la prensa en la  capital mexicana el director de Protección Civil, Luis Felipe Puente.

Para los residentes permanentes de los municipios de Los Cabos y La Paz, del estado de Baja California Sur, en especial aquellos que viven en zonas  bajas o de alto riesgo de deslaves, se habilitaron 164 albergues con capacidad  para 30.000 personas.

En la madrugada del lunes, entre 6.000 y 7.000 de esos residentes habían  sido evacuados, algunos de ellos hacia albergues muunicipales, en tanto otros  buscaron refugio en casas de familiares, dijo Puente a la televisora Foto TV.

En una conferencia ofrecida antes de que Odile tocara tierras mexicanas, David Korenfeld, director de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), advirtió  que detrás del huracán vendrán olas de hasta 10 metros de altura en algunas  zonas, se producirán deslizamientos de tierras y se generarán varios tornados  en la península de Baja California.

La Comisión Federal de Electricidad cortó el suministro de luz y de agua  potable en Los Cabos para evitar accidentes. 

Hasta el momento ninguna autoridad mexicana ha comentado sobre daños o  víctimas tras el ingreso de Odile en territorio mexicano.