México puede reducir sus emisiones de dióxido de carbono (CO2) en al menos un 42% hasta 2030, lo que equivaldría a 477 millones de toneladas, sin que ello afecte negativamente a su crecimiento económico, según un estudio del Banco Mundial difundido hoy en Copenhague.

El transporte, la generación de energía, el petróleo y el gas, el sector agrícola y forestal y la mejora de la eficiencia energética poseen un gran potencial para la reducción de CO2, según el informe, que identifica 40 acciones que se podrían implementar a corto plazo y a bajo costo con ese objetivo.

"Construir un modelo de desarrollo bajo en emisiones de carbono en México es una posibilidad real y tangible que se puede lograr con costos económicos y financieros relativamente bajos. Pero requiere formular políticas que permitan acelerar la implementación de las acciones requeridas", aseguró Todd Johnson, coautor del informe.

En el área de la agricultura y la silvicultura se apunta a reducir la deforestación, que con la degradación de la tierra constituye una de las principales fuentes de emisiones de CO2 en México, y promover la forestación y la reforestación a través de una mejor gestión de los bosques y las plantaciones comerciales.

El informe defiende sustituir las plantas que funcionan con combustibles fósiles por otras que usen tecnologías basadas en energías renovables como la hidráulica, la eólica, la geotérmica y la biomasa, para atender así al aumento considerable de las necesidades energéticas que se prevé para los próximos años.

Mejorar la eficiencia energética en los sectores público, residencial, comercial e industrial será prioritario para reducir las emisiones de carbono, pues representan el 95% del consumo de energía eléctrica y el 48% del total de la energía que consume el país.