"¡Ya basta de calamidades!". Ese fue el título que utilizó ayer el periodista mexicano Raúl Rodríguez Cortés en su columna en el diario El Universal, para ilustrar los permanentes desastres naturales que ha debido enfrentar su país. "El 7 de septiembre fue la primera gran sacudida provocada por un terremoto de 8,2 grados, la mayor de la que se tenga registro, que cobró 98 vidas en Oaxaca, Chiapas y Tabasco. Y ayer (martes), el mismo día que hace 32 años, otro de 7,1 grados fracturó edificios", señaló Rodríguez.

Ha sido un año trágico para México en términos de fenómenos naturales. Así, el país no sólo ha debido enfrentar dos terremotos en un mismo mes, sino que también dos huracanes (Katia y Max), además de una tormenta tropical: Lidia, que dejó 14 muertos.

Pero en años anteriores México soportó tragedias aún mayores, como el devastador paso del huracán Wilma en 2005, las lluvias de Tabasco en 2007, las tormentas Ingrid y Manuel en 2013 o el huracán Odile en 2014. Ello, sin contar con los incendios forestales, 15 al día en promedio y las erupciones de volcanes. De hecho, el Popocatépetl en Puebla registró una explosión durante el terremoto del martes.

De acuerdo con el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), en los últimos 16 años más de 33 millones de habitantes han sido afectados y 8.164 han fallecido producto de desastres naturales.

Según la agencia Ansa, "México está dentro de una zona atormentada por los terremotos, y desde hace casi un siglo atraviesa un período agitado: desde 1932 a hoy soportó cuatro terremotos de magnitud superior a los 8 grados".

Pero además del devastador terremoto de 1985, los mexicanos recuerdan dos poderosos huracanes: Gilberto y Paulina. El primero, de 1988, dejó más de 300 muertos y se convirtió en el más poderoso que ha enfrentado el país. No por nada lo llaman "el huracán del siglo XX". A su vez, el ciclón tropical Paulina destruyó la costa de Guerrero en 1997, con al menos 400 muertos.

Aunque muchos mexicanos ya están acostumbrados a tragedias de este tipo, el terremoto del martes golpeó especialmente a la sociedad, porque además tuvo lugar el mismo día del aniversario de lo ocurrido hace 32 años.

Desde 1985, se han registrado 13 movimientos telúricos de más de 7,1 grados.

"Después del terremoto del 19 de septiembre de 1985, que dejó al menos 10 mil muertos, el gobierno juró que no volvería a suceder lo que sucedió el 19 de septiembre de 2017. La sociedad clamaba justicia, se descubrió que muchos edificios habían sido construidos sin cumplir con la reglamentación. Como suele suceder, las inmobiliarias tenían relaciones con los políticos y no les convenía una investigación de consecuencias. En cambio, hubo promesas demagógicas, como esa: la tragedia no volvería a suceder. Transcurrieron 32 años y se repitió", afirmó Enrique Galván Ochoa, de La Jornada.

"Estamos de pie tras la sacudida", contó un periodista mexicano, al dar cuenta de tanta tragedia.