"El Tommy empezó a competir desde muy chico, a los ocho años. Su primer mundial fue a los nueve, en Cuba. Y antes de eso competía aquí, en el colegio San Juan Evangelista. El nació haciendo gimnasia. En la casa éramos cuatro hermanos: la María José, que hoy tiene 31; yo, que tengo 28; el Tommy, que tiene 26, y Cristóbal, de 23. Pero siempre éramos el Tommy y yo los que jugábamos juntos. Siempre hacíamos gimnasia. Era como nuestro juego. Si íbamos a la playa, hacíamos gimnasia en la playa.
Mi hermana y yo también hicimos gimnasia. Pero de chicas. En la familia todos pasamos por la gimnasia. Eramos súper deportistas. El partió viéndonos a nosotras, jugando con nosotras. Mi mamá es profesora de Educación Física, entonces cuando no tenía con quién dejarnos, nos llevaba a los entrenamientos, a sus clases. Y el Tomás miraba. Después le decía: 'Mira, mamá, esto es lo que hacían los niños en tu clase', y se ponía a imitar los ejercicios. El Tommy era un cabro chico de tres años y ya estaba dándose vueltas. Desde bien temprano entendí que era un genio. Era chico y hacía cosas súper difíciles. Agarraba cualquier cosa y la convertía en gimnasia. Una vez tomó un skate y se paró arriba de él en posición invertida.
Siempre supimos que mi hermano iba a estar metido en la gimnasia. Pero cuando en el colegio tenía horarios especiales porque tenía que entrenar, ahí supe que esto era más que un hobby. A veces llegaba con unos moretones y era súper dedicado. Se lo tomó como una profesión desde muy chiquitito.
Nunca hubo celos o rivalidades con Tomás. Todos éramos sus hinchas. Todos íbamos a verlo. Toda la atención se la poníamos a él. Porque sabíamos lo difícil que era lo que estaba haciendo. Era muy chico y gastaba muchas horas en esto. Entrenaba casi todo el día en el colegio, y después tenía que estudiar. No tenía muchos amigos por eso mismo, por la falta de tiempo. Entonces, todos decíamos: 'Pucha, hay que apoyarlo'.
Desde chico él tenía las cosas súper claras. En el jardín le pidieron que dibujara qué quería ser cuando grande y el Tommy dibujó un gimnasta. Y eso que acá no tenía referentes. Todos sus referentes son de la tele. Como cuando se quedaba pegado mirando los Juegos Olímpicos de Barcelona 92.
Después de un tiempo ya fue difícil seguirlo, porque todas sus competencias eran fuera de Chile. Por eso, dejamos de acompañarlo cuando era muy chico. En la casa éramos seis, salía muy caro.
Uno de sus primeros entrenadores, Eugenio Belov, le decía de chico: 'Tú tienes que aprender esto desde ahora', y le pasaba su pasaje, su pasaporte y le decía que pasara por la ventanilla en el aeropuerto. Y él no era más que un cabezoncito, chiquito".
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"Teníamos una cámara en la casa. Mi papá siempre grababa las competencias, lo iba a ver entrenar. Yo también desde chica empecé a grabarlo. Mis papás me decían: 'Ya, grábalo tú'. Y así partí. Grabando de a poquitito. Siempre tuvimos registros de Tomás en la familia. Yo también le sacaba fotos.
Mi papá es diseñador gráfico, pero también hizo cursos de fotos. Entonces nos sacaba unas fotos súper bonitas, en blanco y negro. Por ahí, yo creo, me empezó a llamar la atención. La primera cámara que me regalaron fue una chica, antigua, que usaba rollos grandes. Yo tenía seis años.
Partí haciendo fotos de fútbol. Con mi hermana hacíamos fotos en los campeonatos de fútbol interescolares y después las vendíamos. Tenía 13 años. Y lo hice por siete u ocho años. Lo que me ayudaba a hacerlo bien es que yo soy deportista, siempre he hecho deporte. Entonces tienes aprendidos los ritmos del deporte.
Cuando salí del colegio ya sabía que quería estudiar foto. Así que entré al Instituto Arcos, estudié cuatro años. Dejé el deporte y me metí a áreas más experimentales. Empecé con retoque digital, montajes, collage. Cuando me titulé, trabajé como asistente de fotografía en un estudio que hacía fotos para publicidad. Aprendí harto sobre iluminación. Después me metí en producción de vestuario para publicidad. Pero nunca dejé de ser hincha de mi hermano. Siempre hablo sobre el Tommy, contando que compitió, que ganó. En los lugares donde trabajé sabían que él era mi hermano, porque yo comentaba las cosas que hacía. Aunque tampoco era como que llegaba y me presentaba como 'la hermana de'. No era como que tenía fotos del Tommy en la oficina".
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"A finales de enero de este año, con unos amigos empezamos a hablar de mi hermano. Era un sábado, recuerdo. Estaba en la piscina de mi casa con Pablo Larenas y Pablo Aguirre, a quienes conozco desde el colegio. El Tommy había tenido una competencia hace poco. Entonces empezamos a hablar de él, que pucha que le ha costado, que la federación, que los aparatos… Y ellos me dicen: 'Oye, es la tremenda historia. Deberías hacer un documental'. Y yo les contesté: 'Ya, pues, hagamos un documental. Pero hagámoslo en serio'. Nos pusimos a desarrollar la idea. Formulamos pautas, discutimos qué queríamos contar. Lo llevamos al papel. Marcamos hitos. Después de un par de reuniones terminamos decidiendo que sería sobre el camino de Tomás a Londres 2012, que es su sueño desde siempre.
Al día siguiente, el domingo, le dije al Tommy: 'Oye, ¿te tinca hacer un documental?'. Fue a la hora de almuerzo, que es cuando mi familia normalmente se junta. Entonces me responde: 'Sí, ya, me gusta la idea'. Y yo le digo: 'Bueno, Tommy, ¿pero tú sabes lo que esto significa? Yo te voy a andar persiguiendo para todos lados. Mi idea es contar bien esta historia'. Yo pensaba, y lo sigo pensando, que es una historia que puede servir para futuras generaciones. Una historia sobre luchar para hacer lo que uno quiere. Ahí él le dio unas vueltas. Y yo lo convencí diciéndole que todo iba a ser con el debido respeto a su entrenamiento. Cuando lo grabo, yo no lo pesco. Trato de ser invisible. Porque el Tommy tiene una rutina súper exigente que le toma todas las horas de su vida. Se levanta, se va a entrenar, después tiene kinesiología, y regresa. Entrena ocho horas diarias, de lunes a sábado. Entonces, yo no quería interferir. Trato de distraerlo lo menos posible. Su meta es llegar a los Juegos Olímpicos. Hacer el documental es un anexo.
Conmigo tiene súper buena relación. Podemos conversar. Yo puedo estar en el auto con él. Acompañarlo en diferentes compromisos. Aunque siempre es raro que alguien te esté grabando. Es incómodo. Cuando el Tommy era chico, no le molestaba que lo grabaran en sus campeonatos. A él le servía, porque después se veía. El es muy técnico. Algunas grabaciones antiguas que tenemos las hizo él mismo, cuando estaba sin entrenador. Se grababa y analizaba lo que había hecho. Cuando compites a ese nivel, todo importa. La uña del pie es importante. Que estires el dedo, el hombro, el codo. Todo debe estar en una posición. Entonces, es valioso verse. Ahora, cuando vamos a grabarlo o lo entrevistamos, él entiende. A pesar de que es súper tranquilo y de bajo perfil, sabe que cuando voy a grabarlo es tiempo de hablar.
Yo sabía que existían los VHS con las grabaciones antiguas del Tommy. Un día le pregunté a mi mamá dónde estaban. Ella los tenía todos guardados. Esto fue en marzo, cuando comencé la investigación. Entonces, mi mamá saca una caja llena de videos. Son muchas cintas. Aún no termino de seleccionar las partes que me sirven.
La mayoría son de competencias deportivas, pero también hay grabaciones en la playa durante un verano. Y aún faltan los videos que tienen mis primos. Todavía tengo que recopilar mucho material familiar. Cuando los reviso, me río muchísimo".
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"En mayo, el proyecto agarra algo más de vuelo, y llamo a Violeta Rates para que sea mi productora ejecutiva. Cuando digo que agarra vuelo, quiero decir que la idea estaba afinada, y que yo ya estaba decidida a hacerlo, dedicada 100%. El resto del equipo lo armé con Diego Izquierdo, como asesor de producción; Eduardo Frodden, como codirector, y ahora estoy conversando con una productora, Don Quijote Films, para que nos asesoren.
Mi mamá al principio me decía: '¿Y cómo vas a financiar esto?'. Pero a pesar de todo, igual lo estamos haciendo. Para mí la falta de plata nunca fue un impedimento. Esto se trata de contar cómo un niño cumple su sueño. Y lo que significa haber tenido siempre el camino cuesta arriba. Estando a su lado, viendo lo difícil que es, me impulsa a decirme que si él pudo, yo también voy a poder.
Este año nosotros viajamos a grabar a Madrid y Tokio, acompañando al Tommy. Fue entre fines de septiembre y principios de octubre. Tuvimos que pedir un préstamo de $ 5 millones a un banco. Y nos lanzamos. Porque hasta el momento no tenemos financiamiento. Estamos buscando auspicios y presentamos una postulación al fondo audiovisual, que es una plata que nos haría súper bien. Ahí podríamos tener el proyecto andando tranquilamente. Pero los resultados salen en marzo, entiendo. Por ahora tenemos que ponernos a tocar puertas y a juntarnos con gente de marcas, porque ya tenemos la carpeta armada, algo que mostrar. Si el Tommy clasifica, para ellos el escenario es diferente. La historia de nuestro documental es similar a la historia del Tommy: a él las marcas lo empezaron a apoyar cuando se sabía que ganaba. La etapa en que era una promesa, tuvo que hacerla solo. En un momento él pidió auspicio y nadie le dio bola. Le decían que la gimnasia era un deporte no viable en Chile.
Por eso apostamos por esta página de crowdfunding, que es indiegogo.com. Me la mostraron y la encontré súper buena, porque es una plataforma que apoya a artistas de diferentes disciplinas. Tu proyecto puede ser sacar un libro, hacer un disco o una película. Funciona así: a la gente que le interesa tu proyecto, que te dona plata, tú a cambio les das una suerte de recompensa. A mi hermano y a mi mamá también les pareció una forma entretenida de encontrar financiamiento. Porque no es mendigar. Aquí tú das cosas a cambio de las donaciones, como camisetas firmadas, fotos del Tommy autografiadas, una comida con él y nosotros los ponemos en los agradecimientos de la película. Cosas así.
Así que en octubre subimos nuestro proyecto a www.indiegogo.com/docutomasgonzalez. La idea es conseguir fondos para comprar los pasajes al preolímpico de Londres en enero. Ahí es su última chance de clasificar a los Juegos Olímpicos. Eso yo no me lo puedo perder, porque va a ser un hito súper importante. Y como ya me endeudé con el viaje a Tokio y a Madrid, espero que a través del indiegogo lleguen fondos. Hasta ahora llevo US$ 640 y me gustaría juntar US$ 15.000. Puse plazo hasta el 8 de enero para las donaciones. En esa fecha, espero, Tomás va a estar en Londres clasificándose a los Juegos Olímpicos. Con eso asegurado, no vamos necesitar de la buena voluntad de nadie para hacer el documental y estrenarlo en diciembre de 2012. O sea, yo estoy segura de que él va a clasificar. Pero no le puedo pedir esa misma confianza a otra persona para que abra su chequera".
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"Me imagino llegando a los Juegos Olímpicos de Londres. Viendo los gimnasios, que deben ser una cosa preciosa, impresionante, llenos de todas las cosas que necesitan los deportistas. Un nivel que aquí no se ve.
Yo creo que el Tommy, por sus resultados deportivos, tiene muchas posibilidades de una medalla. Siempre va depender de ese instante decisivo en que le toca hacer su rutina, pero él tiene posibilidades de un podio. Y así yo imagino el final del documental: viendo la cara de una persona que consiguió un sueño por el que peleó toda su vida. Estando entre los grandes. Siendo un grande más".