"Me gustaría retroceder para tener un rol sin visibilidad", le dijo Michael Flynn a fines de febrero pasado al periodista de la revista The New Yorker. Por entonces, el ex teniente general y ex funcionario de inteligencia se encontraba en el medio de la tormenta política, que lo obligó a renunciar a su cargo como asesor de seguridad nacional del Presidente Donald Trump cuando apenas llevaba 24 días, en medio de las acusaciones de que había engañado al gobierno sobre sus comunicaciones con Rusia durante la campaña electoral. Incluso llegó a admitir que había entregado "información incompleta" al Vicepresidente Mike Pence respecto de los contactos que mantuvo con el embajador ruso, Sergei Kislyak.
Ya han pasado tres meses desde que Flynn expresara su deseo de tener un bajo perfil, pero su nombre sigue ocupando los titulares de la prensa por sus lazos con Rusia. La situación ha llegado a tal punto que el diario The New York Times reveló el 16 de mayo un memo del ex director del FBI, James Comey, en el que se señala que en una reunión de febrero Trump lo había instado a cerrar la investigación sobre Flynn. Este hecho llevó a que sonaran con fuerza las voces que piden el impeachment o hablan de obstrucción a la justicia.
La situación se agudizó el lunes pasado al revelarse que Flynn había rechazado la citación del panel de inteligencia del Senado para entregar documentos con relación a los vínculos con Moscú y que iba a invocar la quinta enmienda de la Constitución contra la autoincriminación. Esto, luego que le hubiera ofrecido al Congreso testificar a cambio de inmunidad en un proceso criminal. Sin embargo, su jugada fue rechazada por el Comité.
En un artículo, el sitio web Vox señaló que la lealtad de Trump a Flynn está destruyendo su Presidencia. ¿Cuáles son los vínculos de Flynn con Rusia?
Una mujer misteriosa
La prensa estadounidense ha reportado que como director de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA), una suerte de CIA del Pentágono, Flynn visitó el Departamento Central de Inteligencia (GRU) de las Fuerzas Armadas rusas en 2013 en Moscú. Fue el primer oficial estadounidense que pudo ingresar a la sede central de esa entidad, donde ofreció una charla sobre liderazgo. "Fue un gran viaje", dijo a The Washington Post y añadió que había sido aprobado completamente.
Según el diario The Guardian, Flynn quiso hacer un segundo viaje al GRU, pero le negaron el permiso. En enero la administración Obama dijo que fue esta agencia rusa la que estaba detrás de la operación de hackeo durante la elección presidencial en 2016. Algo que el Presidente ruso, Vladimir Putin, ha calificado de "ficticio e ilusorio".
Uno de sus lazos con Rusia más polémicos tuvo lugar en febrero de 2014, cuando fue invitado a una cena en Cambridge, Inglaterra, a un encuentro organizado por Richard Dearlove, ex jefe de los servicios de inteligencia británicos MI6, quien estaba creando una organización llamada Cambridge Security Initiative (CSI). Según el diario The Wall Street Journal, allí conoció a Svetlana Lokhova, una estudiante rusa-británica que cursaba estudios de inteligencia rusa.
El periódico destaca que no existen registros de Flynn y su interacción con ella que hayan sido mostrados a oficiales del Departamento de Defensa, aun cuando él tenía por obligación que dar cuenta de las interacciones con extranjeros que no conozca. En una entrevista con la BBC, Lokhova negó ser espía y la controversia la calificó de "una situación kafkiana".
Tras verse obligado a dejar su cargo en la DIA en 2014, debido a sus controvertidas opiniones sobre el Islam y las diferencias con sus superiores sobre su gestión, Flynn se convirtió en colaborador de RT, antes conocida como Russia Today, el canal de televisión del Kremlin. Es así como en diciembre de 2015 Flynn viajó nuevamente a Moscú, aunque esta vez para participar en el aniversario de RT, por lo que recibió US$ 45.000. En la cena se sentó al lado de Putin. El diario The Guardian señaló que, además, aceptó US$ 11.200 de dos firmas rusas por charlas en Washington. Una de ellas es Kapersky Lab, una empresa de ciberseguridad ligada al Kremlin. El Ejército estadounidense está investigando las transacciones de RT y si fueron reveladas apropiadamente, porque la Constitución de Estados Unidos prohíbe que los militares acepten pagos de gobiernos extranjeros sin el permiso del Congreso.
Comunicación con Moscú
El 18 de noviembre de 2016, el entonces mandatario electo Donald Trump lo designó como su asesor de Seguridad Nacional. Según la agencia Reuters, las conversaciones entre Flynn y Kislyak se aceleraron desde esa fecha y ambos discutieron establecer un canal de comunicación de apoyo entre Trump y Putin que pudiera evitar la burocracia de la seguridad nacional estadounidense. A tal grado llegó la comunicación con el embajador que cuando la administración Obama anunció nuevas sanciones contra Rusia y la expulsión de 35 diplomáticos por la supuesta interferencia de ese país en las elecciones presidenciales, Flynn y Kislyak tuvieron una conversación telefónica.
Reuters sostiene que el FBI tiene registros de 18 llamados entre la campaña de Trump e intereses rusos, mientras que Flynn llamó a Kislyak seis veces durante el período de transición.
A mediados de mayo, medios estadounidenses revelaron información de inteligencia en la que señalaban que los rusos presumían en privado de su poder para influir en la administración Trump a través de Flynn.
Además, se investiga el supuesto pago de más de medio millón de dólares por parte del Ejecutivo turco para representar sus intereses en Washington, sin que el monto fuera declarado al Departamento de Justicia.
Según la revista Politico, Flynn posee toneladas de información crítica sobre la investigación de la "trama rusa". Así, este ex funcionario es uno de los que supuestamente tiene la llave para desencadenar la caída de Trump. Esto, porque su rol comprobaría que la campaña del Presidente se coludió con los rusos para perjudicar a Hillary Clinton en las elecciones del 8 de noviembre pasado.