¿Qué se juega en las elecciones en Ecuador, a nivel regional, cuando aún no se sabe si habrá segunda vuelta entre Lenín Moreno y el opositor Guillermo Lasso?
Obviamente lo que está en primer plano es si acaso Ecuador va a formar parte de la tendencia regional de inclinarse hacia gobiernos más conservadores, si acaso esto es una prueba más de que el ciclo populista está terminando, como hemos visto en otros casos. Ecuador ha sido, bajo el gobierno de Rafael Correa, parte del Socialismo del Siglo XXI, una revolución ciudadana, y gane quien gane está entrando en otra época. Porque las condiciones son muy diferentes a cuando él asumió hace una década. Hay enormes desafíos y problemas, sobre todo económicos, pero también hay problemas de corrupción e institucionales, en un país muy dividido. Sin embargo, aún es posible seguir ese camino de Correa. Pero si gana Moreno, obviamente esto sería un triunfo para Correa, que a pesar de todos los problemas y todo el descontento, todavía sigue existiendo respaldo para los logros del Presidente y un compromiso para seguir adelante con esas políticas económicas.
Pero en caso de que se vaya a una segunda ronda, que Moreno no alcance el 40% de los votos, ¿no podría considerarse como un fracaso para Rafael Correa?
Sí. Si Moreno no gana en primera vuelta, obviamente el correísmo habrá perdido fuerza. Lenín Moreno no es Correa. El ciclo de una década ya terminó. Comparando los niveles de apoyo de Moreno con los que ganó Correa en 2009 y 2013, con más del 50%, hoy estamos en una situación muy distinta. En ese sentido, sí es un mensaje muy claro de los ecuatorianos que ya están buscando un cambio. Pero también se puede interpretar que, a pesar de todo, a pesar de llevar una década en el poder, a pesar de que es un país que está en recesión, con problemas muy graves, es llamativo el hecho de que el candidato del oficialismo saque 40% en la primera vuelta, y si se va a la segunda vuelta fácilmente puede ganar. Yo no descarto para nada que si hay segunda vuelta Moreno gane. Es significativo que a pesar del cansancio, el agotamiento, los problemas, una década en el poder, el oficialismo tenga buenas posibilidades de seguir en el gobierno. Esto es algo que llama la atención.
A Rafael Correa se le agrupa con Nicolás Maduro (Venezuela), con Daniel Ortega (Nicaragua), con Evo Morales (Bolivia). Pero es llamativo que Correa podría convertirse en el primer gobernante del ALBA que le entregue el gobierno a la oposición.
Creo que sería llamativo. Obviamente la Argentina de Cristina Kirchner no era del ALBA, pero ciertamente era un país con cierta afinidad con los países del ALBA y, claro, ella le entregó el poder a Macri. Creo que cada país es muy distinto. Es cierto que Ortega parece que no va soltar el poder, que Maduro está haciendo todo lo posible para mantenerse en el poder, vamos a ver lo que pasa el año que viene con Evo Morales. Claramente sería un ejemplo positivo que Correa le entregara el poder a la oposición. El hecho de que él mismo haya dado un paso al costado y no se presentara esta vez es una señal positiva. Si gana Guillermo Lasso esto sería alentador y un ejemplo, un modelo para otros del ALBA.