Corría 2008 y Michelle Obama se negaba a afirmar si votaría por Hillary Clinton si su esposo no estuviese compitiendo por la Casa Blanca. "Tendría que pensarlo. Tendría que reflexionar sus políticas, su acercamiento, su tono", dijo en ese entonces. Hace exactamente ocho años, las primarias demócratas fueron tensas y enfrentaron fuertemente a Hillary Clinton y Barack Obama.
Pero hoy, en la recta final de la campaña, ambas mujeres parecen haber limado asperezas y la primera dama se ha convertido en una aliada de la ex secretaria de Estado. Es "nuestra arma no tan secreta", reconoció Brian Fallon, portavoz de Clinton.
Michelle Obama se ha convertido en una fuerza contundente en la campaña de Hillary Clinton. La esposa del mandatario, que llegó a la Casa Blanca como la primera mujer afroamericana descendiente de esclavos, no había tenido presencia en la campaña hasta principios de octubre. Pero luego de que estallaran los presuntos casos de acoso sexual del republicano Donald Trump y de que se conociera el audio en el que el empresario se jactaba de su condición de celebridad para aprovecharse de las mujeres, Michelle Obama arremetió con firmeza.
Mientras el Presidente ya había realizado algunos mítines a favor de la ex jefa de la diplomacia estadounidense, la primera dama arremetió contra Trump en New Hampshire: "Esto no es normal. Esto no es la política tradicional. Esto es vergonzoso, intolerable y no importa a qué partido pertenezcas. Ninguna mujer se merece ser tratada de esta manera, ninguno de nosotros se merece ese tipo de abuso", dijo el 13 de octubre, en uno de los discursos más críticos contra el empresario.
Desde allí, Michelle, que cuenta con un 64% de aprobación según Gallup y es incluso más popular que el Presidente Barack Obama (55%), no se ha detenido. Ha estado en campañas por Hillary en Phoenix, Arizona, y este jueves, por primera vez, apareció junto a ella en Winston-Salem, en Carolina del Norte, uno de los estados clave para estas elecciones. En este estado la ex senadora se encuentra dos puntos sobre Trump (45,8% frente a un 43,8%), según el sitio de estadísticas Real Clear Politics.
La aparición de la primera dama podría ser vital: Carolina del Norte votó por Obama en 2008, pero se inclinó por Mitt Romney en 2012. La mujer del Presidente es uno de los últimos esfuerzos del equipo de Clinton para atraer a las mujeres, a poco más de una semana de las elecciones presidenciales.
"Fue primera dama, senadora, secretaria de Estado, tiene más experiencia que cualquier otro, más que Barack (Obama) y que Bill (Clinton), y sí, es mujer", dijo hoy Michelle Obama en Carolina del Norte. "Hillary está lista para ser Comandante en Jefe desde el primer día", agregó. Por su parte, la ex secretaria de Estado aseguró que la voz de Michelle Obama, a quien se refirió como la "más extraordinaria de las primeras damas", era más necesaria que "nunca" en estas elecciones y le agradeció su presencia.
Además, Clinton afirmó que están en juego la "dignidad y el respeto por las mujeres y por las jóvenes". "No dejemos que sea aniquilado el progreso alcanzado por la Presidencia de Obama", agregó la aspirante demócrata. "En estas elecciones está en juego todo aquello que tenemos y Michelle Obama nos recuerda que hay que trabajar duro y permanecer fiel a nuestros valores", sostuvo.
A pesar de que ambas nacieron en Chicago y son abogadas, Hillary Clinton y Michelle Obama tienen contrastes. Clinton fue una de las primeras damas menos tradicionales en la historia moderna: se introdujo en diversas políticas e intentó una fallida reforma a la salud. La esposa de Barack Obama, en cambio, ha adoptado por la tradición y ha sido modesta. Hillary ha sido asociada con "el poder", mientras que la primera dama se ha declarado a sí misma "mamá en jefe".
La última vez que una primera dama fue tan activa en una campaña presidencial que no fuera de su esposo fue en 1960, cuando Eleanor Roosevelt acompañó a Adlai Stevenson por un segundo intento para la Casa Blanca. Fue derrotado.