A sus 54 años dice encontrarse "mejor que nunca", y lo cierto es que su presencia sigue irradiando ese aura de las grandes divas del cine estadounidense, un magnetismo que Michelle Pfeiffer trata de ocultar en People Like Us, donde interpreta a una viuda con secretos de alcoba.

"Estoy sana, probablemente más que en toda mi vida. Me encuentro mejor que nunca. Cuanto mayor soy, más y mejor me cuido, especialmente cuando estoy trabajando. Para mí hay tres claves: la comida, el ejercicio y la protección solar", dijo la actriz en un encuentro con un grupo reducido de medios.
 
"Vigilar el nivel de estrés también es importante. Tengo una gran vida y me siento muy agradecida por ello. Soy consciente de la suerte que he tenido y creo que todo eso se refleja en mí", añadió la tres veces candidata al Óscar, por Relaciones peligrosas (1988), Los fabulosos Baker Boys (1989) y Campo de amor (1992).

Pfeiffer, que estrenó en mayo Sombras tenebrosas, regresa a la cartelera estadounidense este viernes con People Like Us, un drama con tintes de comedia acerca de relaciones familiares en el que aparecen Chris Pine, Elizabeth Banks y Olivia Wilde.

Un joven veinteañero recibe la noticia de la muerte de su padre y en su testamento descubre que tiene una hermanastra de la que nunca nadie le había hablado, a la que ha dejado 150.000 dólares. Tras asimilar la situación, decide embarcarse en una aventura por descubrir quién es y qué ha sido de su vida.

"Creo que muchas familias tienen más secretos profundos y oscuros de lo que nos damos cuenta", comentó Pfeiffer. "Lo inusual es que no ocurran cosas así. La película me ha hecho pensar en la necesidad que tenemos de conectar con alguien. No queremos estar solos y a veces nos sentimos así aunque estemos rodeados de gente. Como fuera del núcleo", agregó.

Precisamente la artista reveló que ella misma tiene un tío en su familia del que nadie le ha hablado nunca, y que lamenta no haberle preguntado por él a su padre, ya fallecido.

"Probablemente el 50 por ciento de lo que ocurrió no lo sabría y el otro 50 por ciento no querría contarlo. Así que nunca lo conocí. No sé qué le pasó", añadió.

La actriz interpreta a Lillian, la madre de Sam (Pine), que no ha podido evitar que la relación con su hijo se haya deteriorado con el paso de los años, hasta el punto de convertirse en unos extraños el uno para el otro. Sin embargo las circunstancias en el filme acabarán por acercarlos.

"Me encantó el guion; los temas que toca son importantes para mí y son cosas que ocurren. Las familias vienen en todo tipo de tamaños y colores y con distintos problemas, pero creo en el perdón. La película trata sobre saber perdonar y dar segundas oportunidades, cosas en las que creo absolutamente", manifestó Pfeiffer sobre el filme del debutante Alex Kurtzman.

El próximo proyecto de Pfeiffer es Malavita, una cinta de Luc Besson sobre un matrimonio de gánsteres, que de concretarse será la tercera vez que comparte créditos con Robert De Niro (Stardust y New Year's Eve), aunque solo la primera en la que aparecen juntos en escena.

"Es un gran guion y finalmente podré tener secuencias con él. Será excitante, pero no quiero dar muchos detalles. Soy supersticiosa y quiero rodar la película, así que prefiero no hablar de ella", concluyó.