El gigante informático Microsoft utilizó lagunas fiscales para evitar pagar cerca de US$7.000 millones en impuestos al gobierno de Estados Unidos, según datos de un informe divulgado hoy por el Senado.
La compañía dirigida por Bill Gates trasladó US$21.000 millones a filiales del extranjero, casi la mitad de todas sus ventas minoristas en Estados Unidos, entre 2009 y 2011, con lo que se ahorró cerca de US$7.000 millones en pagos al fisco estadounidense.
Estos datos aparecen en un informe presentado hoy por el Subcomité Permanente de Investigaciones del Senado de Estados Unidos, en el que no obstante se determina que estas actividades no son ilegales.
"Estas lagunas fiscales y abusos suponen un coste tremendo. Lo que estas estrategias hacen es trasladar el peso de los impuestos a los ciudadanos y negocios que no cuentan con ejércitos de abogados y contables", explicó el senador demócrata Carl Levin, presidente del subcomité.
Por su parte, Microsoft rechazó estas acusaciones al señalar que son prácticas habituales en negocios de dimensión global.
"Los resultados fiscales de Microsoft son consecuencia de las características de su negocio, que es fundamentalmente global para operar en los mercados
extranjeros de modo que podamos competir y crecer. Tanto en casa como fuera, acatamos las leyes fiscales como está escritas", explicó Bill Sample, vicepresidente corporativo fiscal en su testimonio ante los senadores.
Levin señaló que es una práctica extendida y que según datos del Congreso las multinacionales estadounidenses cuentan con cerca US$1,5 billones localizados en el extranjero para aprovechar mejores condiciones fiscales.
Microsoft habría utilizado estas lagunas y estratagemas para situar su dinero en paraísos fiscales como Singapur, Islas Caimán o Bermudas.
"La alta tecnología es probablemente el principal usuario de estos refugios fiscales. Esto es principalmente porque muchos de sus activos son propiedad intelectual intangible, lo que es difícil de valorar y fácil de mover", agregó Levin.
En Estados Unidos, el impuesto de sociedades es de un 35% de los ingresos, lo que hace que las empresas busquen sistemas fiscales más favorables en otras partes del mundo.
La política fiscal es uno de los principales ejes del debate económico de cara a las elecciones presidenciales de noviembre, donde los republicanos acusan a la Administración de Barack Obama de aplicar impuestos excesivamente altos a las grandes empresas que desincentivan la inversión.