El grupo de WhatsApp armado por jugadores y capitanes de los equipos del fútbol profesional poco a poco se fue quedando vacío. Uno a uno sus integrantes fueron abandonando la conversación, al mismo tiempo que la asamblea se desarrollaba. ¿La razón? Las palabras de Carlos Soto, presidente del Sifup, y su directiva, luego de que 18 de los 25 clubes presentes rechazaran el protocolo de acuerdo que había aprobado el Consejo extraordinario de Presidentes de la ANFP dos horas antes.

Según aseguró un presente en la cita, Soto, al verse derrotado, le advirtió a la asamblea que si no se aprobaba el acuerdo, la renuncia de Salah era inminente, lo que generaría un caos enorme en la actividad. Además, según la misma fuente, el dirigente les señaló que el CDF ya había anunciado que si no se retomaban las transmisiones, no se cancelaría el cheque con los dineros que corresponden a los clubes. "Esto implicaba que se jugara finalmente con juveniles. Quedamos entre la espada y la pared", agrega otro participante de la tensa tarde que se vivió en Ñuñoa.

La tensión que se produjo en la reunión del Sifup en el Estadio Nacional acabó con la buena relación que se venían generando durante las semanas previas.

Los equipos de la Primera B se sentían perjudicados. Se lo hicieron saber a los de Primera y se desató un caos que prometió seguir frenando el inicio del Torneo de Apertura. Incluso hubo cruces: Johnny Herrera (Universidad de Chile) discutió fuerte con Arturo Sanhueza (Cobreloa) y Francisco Arrué (Coquimbo Unido) realizó críticas a la asamblea y se enfrentó a Luis Marín (Deportes Temuco). "Los de Primera B sentimos que nos están perjudicando, que no ganamos nada. Los de Primera se aseguraron ellos", dice un futbolista que estuvo presente en la cita. Eso sí, para los medios presentes, se encargaron de repetir, de no muy buena gana, que había sido una decisión absoluta. "Se levanta el paro. Fue una decisión unánime, aunque se discutió mucho. En base a eso se juega el fin de semana", señaló Soto.

A primera hora, en la ANFP, el Consejo de Presidentes discutía en el salón plenario la aprobación del descenso programado. A pocos kilómetros, en una improvisada sala de prensa, los futbolistas de Primera División y de la B discutían sobre el protocolo de acuerdo. Al final, después de una larga jornada de discusión, el resultado final fue el regreso del fútbol a partir de este fin de semana.

La historia es compleja. En Quilín, la Primera B se reunió una hora antes del Consejo. Acordaron abstenerse para complicarle el panorama a Salah. "Esperamos que prime la cordura. No puede ser que los costos los pague la Primera B, que es la categoría que tiene menos recursos. Espero que nos escuche, principalmente en el tema de la promoción de ascensos", dijo Felipe Muñoz, presidente de Copiapó. Luego de casi tres horas, el resultado fue lapidario: 32 votos aprobaron la reforma, 13, todos de la Primera B, se abstuvieron. Deportes Temuco no asistió.

"El apoyo de hoy (ayer) es estimulante, nos da fortaleza para seguir. Estamos bien encaminados. No fue lindo lo que pasó, no podemos estar contentos. ¿Si he pensado en renunciar? Eso es hablar de ficción", dijo Salah.

Sin embargo, la amenaza de paro aún está en el ambiente. El sindicato advirtió que tanto David Pizarro como Francisco Arrué, quienes fueron denunciados ante el Tribunal de Disciplina por cuatro clubes tras afirmar que presionaron a sus futbolistas a jugar, no pueden ser sancionados. En caso contrario, se retomará la huelga. "Si pasa algo contra Pizarro o Arrué estaríamos levantando otro paro. Los jugadores no pueden ser sancionados por sus dichos", cerró Soto.