"Este show es la puesta en escena más fuerte que he hecho en mi vida. Tremendamente contemporáneo. Debería estar en un museo y no sobre un escenario", dice, con la misma confianza de siempre, Miguel Bosé sobre su última gira, que partió hace 14 días y que esta semana pasó por México. Allí habló con La Tercera y adelanta que vuelve con este espectáculo donde presenta su nuevo disco, Cardio.
"Claro que voy a Chile. En octubre. Hasta el 17 de diciembre hago la gira y también están contemplados Perú, Ecuador y Argentina", señala. "Hace 35 años que voy a Chile. Es uno de los mercados más importantes que tengo a nivel de conciertos en mi agenda. Siempre responden muy fuerte, los conozco muy bien, he viajado desde Atacama hasta Punta Arenas y mi relación con el país es muy larga y estrecha".
Bosé usa un perfume menos llamativo que las polleras y calcetas rojas con que aparece en algunas fotos promocionales de Cardio. Mientras un ejército de sus asistentes camina por los pasillos del Hotel Presidente Intercontinental, en el D.F., se sienta al frente, de negro, con chaleco marrón y el pantalón un poco más corto de lo normal, como la moda que instauró el diseñador Thom Browne en Nueva York. Adelanta que "en esta gira estamos todos a la moda, divinos y solteros. Es otra cosa, distinto a lo que han visto. Y quedaréis como en la portada de Cardio, con la boca abierta", promocionando el tour.
Luego cuenta cómo se gestó su participación en Gracias a la vida, el clásico de Violeta Parra que fue reversionado para ir en ayuda de los damnificados por el terremoto. "Me llamó Beto Cuevas, nos propuso la canción e inmediatamente se fue con (el ingeniero de sonido chileno) Humberto Gatica a hacer las bases. No había posibilidad de que nos juntásemos todos, como hubiese sido bonito de hacer para tener esa foto en conjunto, porque yo estaba con Cardio, Alejandro Sanz estaba por otro sitio y cada uno metido en nuestros proyectos. Pero nos asignó una parte a cada uno, nos dijo en qué lugar íbamos, se la enviamos y Beto montó toda la canción", detalla Bosé. Y agrega que "sólo puedo decir, lo que siempre he repetido: con Chile ahí estoy y ahí estaré".
El español de 54 años habla de sus cambios en Cardio. De cierta calma que trae la edad y que plasmó en el disco: "Ya pasó ese momento de las intensidades, que en las primeras juventudes, donde uno es muy barroco y quiere sentirse muy grandilocuente, muy solemne. Ahora quiero decir más con menos. Por ejemplo, Por ti es una canción de amor que no tiene más de 60 palabras y dice cosas muy fuertes y poéticas", asegura.
También afirma que los años le han dado "intuición e ironía. Porque la ironía es una herramienta que llega con el tiempo, al igual que el escepticismo. No hay nadie de 17 años que sea capaz de jugar con la ironía". También toma otro concepto que ha llamado la atención: sus juegos de palabras. "Y es que con el lenguaje he jugado toda la vida", dice. "Se ha hablado mucho de eso con Cardio, porque estoy constantemente inventando palabras. Cuando hablo con la gente, voy saltando de un idioma a otro, porque soy un híbrido ítalo-español por padre y madre. Y eso es parte del estilo y del sello Bosé", finaliza.