"Grande Miguel. Se pasó su hijo. Qué partidazo se mandó". Sentado sobre tres cajas de tomates, Miguel Jiménez,  dueño de la verdulería Chispa y padre del jugador de Universidad de Chile, quien lleva su mismo nombre, sonríe y agacha la cabeza con un dejo de vergüenza. "No me digan nada a mí. La figura es el cabro", apuntándolo, entre risas.

El debut de su primogénito con la camiseta de Universidad de Chile no pudo ser mejor. El equipo de Martín Lasarte venció a San Marcos de Arica, en calidad de visitante, y sumó se segunda victoria consecutiva. El portero fue el héroe del encuentro. "No me han dejado de llamar por teléfono. Es una cosa de locos", señala el futbolista Miguel Jiménez, quien, poco a poco, se acostumbra a la presión mediática que genera el último campeón del fútbol chileno.

Su vida, sin embargo, está lejos de ser similar a la de un futbolista común. No le gustan los lujos y, en su tiempo libre, ayuda a su padre a atender la verdulería, que está ubicada en Tocornal con Maule, en la comuna de Santiago. "En las tardes casi siempre me pego una vuelta por acá. Mi señora y mis hijos están en Concepción y trato de acompañar a mis viejos", dice. "¿Si atiendo el local? Sí, hago de todo. Cargo choclos, vendo la fruta, todo lo que sea necesario. Me relaja venir para acá porque me desconecto un poco de todo lo ligado al fútbol", confiesa el jugador formado en Iberia.

Al momento de recordar su debut con la camiseta estudiantil se emociona. No olvida que muchos cuestionaron su llegada al elenco de Lasarte: "El técnico me dijo el viernes en la noche que iba a jugar. Estaba tranquilo, pero igual con un poco de nervio porque sabía que era mi carta de presentación ante la gente. Aparte está la responsabilidad de reemplazar a Herrera", asegura.

 El rol de Johnny Herrera, previo al encuentro ante San Marcos, fue clave para el meta azul. El angolino lo aconsejó y le entregó todo su apoyo. "Hablamos antes del partido y, seguramente, mañana (hoy) analizaremos el encuentro. Me dijo que tenía que estar tranquilo y me entregó todo su apoyo. Se ha portado un siete conmigo".

Su buen nivel y la lesión del 25, quien no viajó al norte por una distensión del abductor y se reintegraría a las prácticas el miércoles, no lo ilusionan con la titularidad, de cara al Superclásico ante Colo Colo. "Sinceramente, por respeto y por todo lo que significa, Herrera debe jugar el clásico", señala con humildad. Sin embargo, asegura estar preparado para asumir la responsabilidad de jugar el encuentro más esperado por los hinchas azules: "Si la necesidad lo amerita, estoy listo para jugar ese partido. Me siento preparado para jugar el clásico".

El contrato del guardameta finaliza en mayo. Su objetivo es continuar ligado al elenco que entrena en La Cisterna, pese a que aún no ha recibido noticias. "No sé nada de eso. La intención es continuar, pero hay que disfrutar el día a día".

Jiménez finaliza la entrevista y no duda en aceptar las fotografías que le solicitan los hinchas que transitan cerca de la verdulería. El portero comienza a escribir su propia historia en la U. una de verdad.