No hace tanto tiempo, el básquetbol nacional estaba a la deriva. Con una alicaída liga local, las peleas dirigenciales destacaban más que los logros en la cancha.

"Todo eso está quedando atrás. Tengo mucha fe en que estamos a las puertas de una nueva etapa para este deporte. Las condiciones están y no pretendo desaprovecharlas", asegura Miguel Ureta, nuevo seleccionador nacional.

"Chile, con la Liga Nacional, ha experimentado una transformación muy importante. Creo que, durante todo el año, ha sido un acierto. Estoy sorprendido del nivel al que ha llegado y ahora, con la llegada de jugadores extranjeros, la liga se torna mucho más atractiva para todo el mundo", asegura el "Mono".

Sobre las consecuencias de tener un campeonato más organizado y competitivo, el estratega asegura que "el baloncesto está viviendo un despertar. Las peleas y los conflictos parecen ser parte del pasado. Vamos en la dirección correcta. Hay que seguir trabajando en potenciar el torneo, capacitar a los entrenadores y potenciar las series menores, pero de todas formas, creo que el futuro es auspicioso, porque las cosas se están haciendo de buena forma. El despegue definitivo está más cerca de lo que se cree".

La "Roja" de la ilusión

El pasado 20 de octubre se anunció a Ureta como el nuevo director técnico nacional, en reemplazo del argentino Guillermo Vecchio.

En su arribo, el "Mono", dijo que "es un orgullo para cualquier entrenador. Voy a dejar mi vida por esto y trabajaré con el máximo de profesionalismo para conseguir grandes cosas".

Respecto de los objetivos inmediatos, afirma que "la meta deben ser los Odesur. Uno siempre tiene una base de jugadores seleccionables, pero finalmente estarán los que quieran defender a Chile. Esa es mi tarea más inmediata: motivarlos a todos para querer defender los colores de su país".

Finalmente, el también DT de Universidad Católica manifiesta que "quiero responderle a la 'familia del básquet' que, hoy por hoy, está volviendo a unirse. Se vienen tiempos mejores".