Atención lector: si no ha visto siquiera el primer capítulo de la nueva temporada de House of cards, no lea esta entrevista. Para el resto de los adictos a la serie de Netflix, bienvenidos. Sin ser el protagonista de la serie, el personaje de Doug Stamper es parte central de la tercera temporada de House of cards. Luego de ser agredido con una roca por Rachel Posner (Rachel Brosnahan), y terminar aparentemente muerto al final del segundo ciclo, el papel interpretado por Michael Kelly regresó en los nuevos episodios estrenados en febrero, con un Stamper en búsqueda de venganza, y más perturbado que nunca. "Si es por la cantidad de actitudes psicópatas en la serie, puedes agradecerle a Beau Willimon por eso, él escribió todo. Yo sólo digo las palabras que él me dio", dice riendo Kelly a La Tercera, en una habitación del Hotel Four Seasons en Ciudad de México.

Horas antes, el actor participó en una conferencia presentando la parrilla programática de Netflix para los próximos meses, donde aseguró, "tengo dos hijos, y va a ser genial preguntarles en el futuro, ¿Ven eso que llaman 'ver televisión’?, bueno, su padre estuvo en los comienzos". De risa fácil y actitud cálida, Kelly se separa rápidamente del perturbado Stamper. "Por favor, diles a la gente de Chile que, en mi vida real, sonrío", pide, soltando una risotada.

¿Cómo mantuvo la sorpresa todos estos meses, de que usted seguía en la serie?

Es increíble, porque hoy en día tenemos internet, redes sociales. No podía creer que logramos mantener el secreto. Creo que tuvo que ver con el hecho de filmar en Baltimore. Si lo hubiéramos hecho en Los Angeles o Nueva York, no habríamos salido airosos. Y tuvimos que hacer hartos trucos de todas maneras. Si salía en público, usaba una gorra. La ciudad de Baltimore se alineó con nosotros en mantener la sorpresa. Con Beau Willimon salíamos al mismo pub todos los días, de tal manera que el barman me conociera y nos ayudara a evitar las fotos. Y si alguien se sacaba una selfie conmigo, le pedía que me hiciera el favor de no publicarla hasta febrero. Pero fue difícil, tuve que mentir bastante. La gente a veces me reconocía en la calle y me gritaba, "¡Dios mío! ¡Estás de vuelta, estás vivo!", y yo les respondía que sólo estaba actuando como productor durante esta temporada. O que hacía una consultoría. Y les mentía en la cara para guardar el secreto, era terrible.

Una de las cosas centrales de la serie es cómo Doug y Frank Underwood (Kevin Spacey) confían en el otro, aún sabiendo las clases de personas que son. ¿Eso podría llegar a cambiar?

En lo personal, lo dudo. Pero por supuesto que se podría ver algo distinto, porque si la serie sigue por los próximos años, todo puede pasar. Hemos hecho de todo en tres años, incluyendo matar a personajes favoritos de la audiencia (se ríe), entonces realmente cualquier cosa podría cambiar en el futuro de la serie.

¿Le sorprende el impacto que tiene House of cards en la audiencia?

Cuando empezamos no había manera de saber lo mucho que crecería todo esto. Yo mismo tenía Netflix, pero no entendía del todo cómo funcionaría lo que querían hacer. Cuando empezamos la serie, las nociones que se tienen hoy no existían. Y es loco pensar lo que estamos viviendo hoy.

Usted mencionó el hecho de ser pioneros con House of cards en todo el fenómeno de Netflix. ¿Siente orgullo al ver el alcance que ha tenido este proyecto?

Por supuesto. Sólo el hecho de ser parte de la familia que es esta compañía es algo que te entrega mucho. Son los que están haciendo, en mi opinión, la mejor televisión durante este momento. Las series nuevas me emocionan tanto como la mía. Me acuerdo que les insistí mucho que me dejaran ver más episodios de Bloodline antes de que saliera (se ríe). Es un honor haber sido parte de algo que es el inicio del cómo verán la televisión nuestros hijos.