El finlandés Mikko Hirvonen (Citroen) se hizo con la victoria en el rally de Portugal, cuarta cita del Mundial, gracias a una estrategia conservadora en la que apenas sufrió incidencias, mientras el resto de favoritos tuvieron que lidiar con todo tipo de problemas.
En segunda posición quedó el noruego Mads Otsberg (Ford), mientras que tercero fue el ruso Evgeny Novikov (Ford). En cuarto lugar acabó el noruego Petter Solberg (Ford) el único de los pilotos que luchan por el Mundial que terminó entre los diez primeros.
Hoy el más rápido fue el finlandés Jari-Matti Latvala (Ford), que estando muy atrás en la clasificación y sin nada que perder, intentó resarcirse de los accidentes que ha tenido estos días.
Hirvonen tuvo éxito con su estrategia y cumpliendo con su papel de segundo piloto del equipo, que sólo tiene que hacer llegar el coche a la meta para sumar el máximo de puntos, vio cómo su compañero, y gran favorito al triunfo, el francés Sebastien Loeb, abandonaba el jueves en uno de los tramos nocturnos y no podía volver a la competición.
Así tenía vía libre para atacar, pero prefirió seguir su ritmo y esperar acontecimientos.
El mismo jueves, Sordo se quedó sin luces en plena especial y, aunque pudo terminar el tramo, no pudo continuar y abandonó.
El segundo día, Latvala sufrió un accidente cuando era líder y al final de esa jornada, que tuvo que ser reducida a la mitad por la lluvia, Solberg también se salió y cedió siete minutos.
A partir de ahí quedaba solo en la cabeza, perseguido por pilotos jóvenes, de segunda fila, prometedores aunque con mecánicas inferiores.
Con esta victoria, Hirvonen consiguió su primer triunfo con Citroen, el equipo al que llegó este verano para secundar a Loeb, después de tres años de haber sido su máximo rival, y dar a la marca el título de constructores.
Ahora le vale para colocarse líder del campeonato, por delante de su compañero, mientras que Citroen aumenta su ventaja al frente de la clasificación de constructores.