Milenka Rojas ya está en Inglaterra. Viajó nerviosa, por los muchos papeles y trámites que debe hacer en pocas horas y por todos los imprevistos que son parte fundamental de su disciplina deportiva: la travesía. ¿Qué hace en Gran Bretaña? Desde mañana (cuando el clima lo permita) intentará convertirse en la primera mujer chilena en cruzar el Canal de la Mancha a nado.
Experiencia tiene. Nada desde los seis años en Lican Ray, y ya ha hecho innumerables travesías, en la que destaca el paso por el Estrecho de Gibraltar, hace dos años. Aunque es conocida desde los seis, ese desafío la hizo realmente popular.
Después de nadar de España a Marruecos, donde los tiburones fueron su mayor peligro, cruzó el Canal Beagle e intentó pasar el Estrecho de Magallanes, pero las condiciones meteorológicas nunca se dieron. Y eso que estuvo 20 días esperando. Conoce 14 países, tiene 14 récords y su nombre aparece dos veces en el Libro de Guinness.
Pese a todo eso, el camino de Rojas por el deporte es solitario. Tiene la ayuda económica de las municipalidades de Quilicura, Cerro Navia y Villarrica, más cinco auspiciadores privados, pero de ayuda estatal, ni un solo peso. Lo necesita. Proviene de una familia humilde y la conquista que busca cuesta 13 millones. Pero no es posible acceder a ellos, pues su disciplina no está federada y ella misma ha decidido alejarse de las selecciones de natación, de las que alguna vez fue parte.
"Nada de apoyo estatal. Soy federada, compito en aguas abiertas..., bueno, no lo he hecho este año, pero tengo un drama eterno. Siempre me responden lo mismo: 'Lo que usted hace no es federado', no va por el sistema regular. Hemos pedido al COCh también, mandamos e-mails a todos lados y nada", se queja la "Sirenita".
Su padre, Víctor Rojas, asegura que hasta habló con un ministro del Interior.
La lista de gastos para una aventura como la que intentará desde mañana es larga: los pasajes, la cuota por atravesar La Mancha, el arriendo de una embarcación, un médico, salvavidas, los certificados, enviarlos, las inscripciones, la alimentación ("como mucho y comidas más elaboradas", dice) y encima hay que hacer un viaje a Francia para hacer trámites.
Y eso que Milenka Rojas fue seleccionada nacional de aguas abiertas. Eso, hace tres años. Un día, la federación quiso llevarla a un clasificatorio para los Odesur, en Sao Paulo, pero allí comenzó su alejamiento del "sistema". "Iban 14 deportistas y 12 personas a cargo. Esos 12 iban con todos los gastos pagados y los deportistas teníamos que tener un millón 300 mil pesos para que fuera, yo no la dejé", cuenta su padre, quien la acompaña en todas las travesías. "No fui a esa competencia y después no fui al Nacional. No me llamaron más", resume ella.
Las puertas cerradas del financiamiento público se abrirían rápidamente si, por ejemplo, hiciera aguas abiertas. Sin embargo, la idea no le llama la atención, aunque el premio final sea tan atractivo como llegar a unos Juegos Olímpicos.
Ni la cita de los anillos la entusiasma: "A mí no me motiva. Pasan cosas que te van desmotivando, podrías ser demasiado bueno y pasa algo... Yo soy deportista porque me gusta hacer deporte. Si hiciera aguas abiertas me dedicaría sólo a eso, no haría travesías, porque los entrenamientos son diferentes. Pero ese mundo me desmotiva. Sólo sigo siendo deportista porque hago travesías".
El máximo desafío
Milenka Rojas asegura que ir al Canal de la Mancha es lo máximo a lo que se puede aspirar en esto de las travesías. "Es lo más grande. Cuando empecé a investigar a los nadadores chilenos me encontré con el 'Tiburón' (Víctor) Contreras y a él se le conoce porque cruzó el Canal de la Mancha. Yo siempre decía: algún día iré allá", relata la deportista.
Para esto lleva un año de entrenamientos fuertes, pese a que ella dice que "me he preparado toda la vida".
Aunque sea el desafío más grande, de lograrlo no se acabaría su carrera. Sabe de desafíos en Ecuador y Venezuela, donde debería luchar contra el agua más caliente que la que está acostumbrada; en Grecia, atravesando el Mediterráneo, en el Mar Muerto, el Golfo de Suez, en Australia, o el cruce de San Francisco a Alcatraz.
¿Los hará todos? Dice que "la verdad es que yo voy paso a paso. Termino algo y después descanso y veo si sigo. Nunca he dicho: voy a seguir hasta tal año, porque en verdad uno nunca sabe".