Admiradores de Elvis Presley con sombrillas vistosas para protegerse del intenso sol y sillas plegables llegaron a Graceland el miércoles en espera de la vigilia para conmemorar los 35 años de la muerte del icono del rock and roll.

Los seguidores de Elvis acudieron por decenas de miles a Memphis, provenientes de todas partes de Estados Unidos y de paí­ses tan remotos como Inglaterra y Japón. Muchos tuvieron que esperar horas para entrar en la mansión de Presley, donde está enterrado el músico.

Presley murió el 16 de agosto de 1977 por un paro cardiaco después de abusar por años de medicamentos controlados. Su muerte a los 42 años marcó el final de una carrera musical increí­ble que terminó demasiado pronto para las legiones de admiradores que aún siguen encantados por su voz, su atractivo sexual y su carisma en el escenario.

La vigilia es uno de los puntos más importantes de la Semana de Elvis, la celebración anual por la vida y la carrera del rey del rock and roll. Los organizadores han dicho que esperan la llegada de 75.000 personas a las celebraciones y la mayorí­a de ellos participarán en la vigilia que comenzarí­a el miércoles por la noche y durarí­a hasta el jueves.

Este año también se realizará un concierto de homenaje en un foro de la zona. La ex esposa de Presley, Priscilla, y su hija Lisa Marie estarán presentes en el concierto que incluirá músicos en vivo junto con videos de Elvis cantando.

El miércoles por la tarde, Cheryl Skogen y su amiga Susan Struss sostení­an sus sombrillas moteadas cerca del comienzo de la fila esperando entrar a Graceland. Ambas viajaron desde Los Angeles.

Skogen dijo que llegó a Graceland por primera vez en 1981, antes de que la casa se volviera un museo y atracción turí­stica, y agregó que la ha visitado varias veces desde entonces. Recuerda que vio por primera vez a Elvis en el programa "The Ed Sullivan Show" y quedó encantada por su manera de mover las caderas en un concierto en el Lago Tahoe.

"La primera vez que lo vi cambió mi vida", dijo Skogen, de ahora 66 años y jubilada. "Nunca habí­a visto bailar así­ a nadie o cantar como él, o incluso verse como él. Se robó mi corazón", dijo.