Miles de egipcios celebraron hoy el "Viernes de la Dignidad" en la plaza Tahrir de El Cairo, escenario desde hace dos días de una acampada para exigir a la Junta Militar que abandone el poder.
Tras el éxito de la manifestación del pasado miércoles, 25 de enero, que conmemoraba el primer aniversario de la revolución que derrocó al entonces Presidente Hosni Mubarak, varios grupos políticos y de activistas llamaron hoy a otra concentración multitudinaria.
En esta jornada, los egipcios recuerdan el "Viernes de la Ira" del año pasado, que marcó un antes y un después en las protestas contra Mubarak por la sangrienta represión de las fuerzas de seguridad.
En aquel viernes 28 de enero de 2011, el régimen cortó las comunicaciones de internet y telefonía móvil, decretó el toque de queda y sacó al ejército a las calles para que ayudara a la policía a mantener el orden.
Con la nueva protesta de hoy, los manifestantes tratan de mantener su pulso contra la cúpula militar, que dirige el país desde la renuncia de Mubarak, con el fin de que esta cumpla con sus demandas y ceda el poder a una autoridad civil.
A los acampados en la emblemática plaza, se fueron uniendo miles de personas esta mañana para celebrar el rezo musulmán del mediodía, y su número va en aumento.
Más de 60 grupos han convocado esta manifestación, entre ellos el Movimiento de 6 de Abril, uno de los instigadores de la revolución, "Kifaya", la Coalición de la Revolución, la Coalición de Maspero y el Frente Libre para el Cambio Pacífico.
El Movimiento 6 de Abril llamó ayer a los ciudadanos a manifestarse para pedir el traspaso del poder a los civiles y el fin del gobierno militar con la celebración pronto de elecciones presidenciales.
En un comunicado, el grupo señaló que exigen que esas elecciones se celebren en paralelo con los comicios a la Cámara Alta del Parlamento, que comenzarán este domingo, y que otra de las reivindicaciones es que la Constitución no se redacte bajo el dominio militar.
La promesa de la Junta Militar de que abandonará el poder el próximo 30 de junio después de la elección del nuevo presidente no convence a muchos en Egipto, que exigen su renuncia inmediata.