Cientos de miles de filipinos, muchos gritando "¡Cory, Cory!" y arrojando papeles al aire, colmaron las calles de Manila para despedir a la ex Presidenta e ícono de la democracia Corazón Aquino.
Trabajadores de oficina se saltaron su hora de almuerzo para sumarse a los estudiantes y residentes comunes de la ciudad, que esperaron horas para ver al menos una imagen del ataúd envuelto en la bandera nacional pasando lentamente por las calles arriba un camión. Aquino murió el sábado producto de un cáncer de colon.
Reportes de televisión describieron la multitud como la mayor desde que un millón de personas salieron a la calle en la revolución "poder popular" de 1986 que derrocó al dictador Ferdinand Marcos y catapultó a Aquino al poder.
Muchas personas estaban vestidas de amarillo, el color asociado con la campaña de Aquino para instalar la democracia.
La familia de la ex Presidenta estaba trasladando el cuerpo desde el gimnasio de una escuela hasta la Catedral de Manila para realizar una ceremonia el martes más tarde.
Aquino será enterrada el miércoles al lado de su asesinado esposo Benigno en un cementerio privado en el sur de Manila.
El gobierno anunció 10 días de luto nacional y declaró asueto el 5 de agosto para que los filipinos puedan despedir a Aquino en el funeral.