"Denunciamos que los responsables políticos en todo el mundo no tienen la valentía y la voluntad política de cambiar sus legislaciones", explicó uno de los organizadores de la protesta, Dex Kotze.

Los manifestantes protestaron en 17 ciudades de Sudáfrica, país donde la caza furtiva, especialmente de rinocerontes, es importante. La medicina tradicional asiática utiliza el polvo de cuerno de rinoceronte, que puede venderse a un precio similar al oro, según los expertos.

Los manifestantes criticaban especialmente a un grupo de 19 países (entre ellos China, Kenia y Angola) por no adoptar las medidas necesarias para combatir el tráfico de marfil, como estipula la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES). "Estos países debe cambiar la legislación", reiteró.

Sudáfrica alberga unos 20.000 rinocerontes, esto es, el 80% de la población mundial, pero su captura aumenta de año en año. En lo que va de 2014 se han matado más de 700 ejemplares de este mamífero. 

Respecto a los elefantes, en África se matan 35.000 ejemplares cada año por sus colmillos. Según Kotze, sólo quedan 400.000 elefantes en el continente  africano.

Si China no cierra sus 37 fábricas de tratamiento de marfil, "perderemos todos los elefantes", advirtió.

Las manifestaciones tuvieron lugar también en varias ciudades del mundo como San Francisco, Tokio o París, así como en Nairobi e Iringa (Tanzania).

"El tráfico de animales salvajes genera una cifra de negocios de 20.000 millones de dólares por año", indicó Kotze, quien apunta que este forma de criminalidad no afecta sólo a los animales. "Organizaciones terroristas como los shebab somalíes comercian con el marfil a cambio de armas", añadió.

El informe Planeta Vivo 2014, recientemente publicado por la ONG WWF, señala que la acción del hombre implicó la desaparición entre 1970 y 2010 de más de la mitad de los animales salvajes del planeta. 

Según el documento, el hábitat del elefante en África representaba en 1984 únicamente un 7% de su territorio histórico. En esta reducida porción de terreno, a causa de la caza furtiva, el número de elefantes disminuyó un 60% entre 2002 y 2011.