Miles de personas se manifestaron este sábado en Saná contra las milicias chiitas hutíes que tomaron en septiembre la capital de Yemen, un país clave en la estrategia de Estados Unidos contra Al Qaeda.

Desde el jueves, Yemen no tiene ni presidente ni gobierno tras la dimisión de los dos jefes del ejecutivo, presionados por los milicianos chiitas que tomaron el palacio presidencial y que actualmente asedian otros edificios del gobierno en Saná. 

Estos milicianos, llamados hutíes en referencia al nombre de su jefe y que tienen su feudo en el norte del país, entraron el 21 de septiembre en Saná y desde entonces se han extendido hacia el centro y el oeste del país, donde tomaron la estratégica ciudad portuaria de Hodeida, en el mar Rojo.

"¡Abajo los hutíes!", gritaron los manifestantes, convocados por el llamado Movimiento de Rechazo, un grupo formado recientemente en varias provincias del  país para desafiar a las milicias chiitas.

Decenas de partidarios de los hutíes intentaron evitar la manifestación y provocaron algunos enfrentamientos.

Los manifestantes se reunieron en la Plaza del Cambio, cerca de la Universidad de Saná, e iban a dirigirse al palacio republicano, la residencia de Jaled Bahah, el primer ministro que dimitió. Pero luego decidieron cambiar de itinerario y fueron a la residencia del presidente Abd Rabbo Mansuur Hadi para protestar contra su dimisión.

Hadi dimitió el jueves después de la renuncia del gobierno. Pocos días antes el jefe del gabinete del presidente, Ahmed Awad ben Mubarak, fue  secuestrado y sigue en manos de las milicias. 

También hubo manifestaciones en las ciudades de Taez (suroeste), Ibb (centro) y Hodeida.

El domingo el parlamento se pronunciará sobre la dimisión del presidente Hadi en una sesión extraordinaria que podría ser perturbada por los hutíes. 

Hadi fue elegido en 2012 tras la caída de Ali Abdalá Saleh, expulsado del poder por una revolución popular en la estela de la Primavera Árabe.

Según sus adversarios, Saleh estaría apoyando a las milicias chiitas, también llamadas Ansarualá, que piden más presencia en las instituciones de  Yemen y se oponen al proyecto de Constitución para convertir el país en un estado federal formado por seis regiones.

Si obtienen sus reivindicaciones, los hutíes han prometido abandonar el palacio presidencial, liberar al jefe de gabinete del presidente y abandonar  las barricadas en la capital.

Por otra parte, en el sur del país, miembros del Movimiento Sudista, que quieren que la región vuelva a ser un país independiente como hasta 1990,  tomaron el control de todas las comisarías de la ciudad de Ataq.