Miles de personas salieron hoy a la calle en varias ciudades de Estados Unidos para protestar por la violencia policial, tras la polémica suscitada por las muertes en los últimos meses de varios afroamericanos desarmados a manos de las fuerzas de seguridad.
En Washington, varios miles de personas marcharon bajo el lema "Justicia para todos" desde el centro de la ciudad al Capitolio.
Los manifestantes eran encabezados por el reverendo Al Sharpton, conocido activista por los derechos civiles, y los familiares de varios afroamericanos que murieron por la violencia policial.
Entre ellos estaban los padres del adolescente Michael Brown, quien en agosto murió por los disparos de un policía en Ferguson, estado de Missouri. Un jurado decidió hace casi tres semanas que el policía que lo mató no sería imputado, lo que desató una ola de protestas.
Lo mismo ocurrió tras la decisión de otro jurado de no presentar cargos contra el policía que mató en julio a Eric Garner en Nueva York, a quien ahogó al intentar reducirlo.
Su madre, Gwen Carr, dijo hoy estar abrumada por la gran cantidad de personas que salieron a protestar.
"Miremos a las masas. Negros, blancos, todas las razas, todas las religiones", dijo a la multitud. "Este es un gran momento. Es un momento histórico".
Los manifestantes portaban carteles con leyendas como "Sin justicia - sin paz", "Las vidas de los negros cuentan" o "Justicia para todos".
El reverendo Sharpton dijo que no se trataba de "una marcha negra o blanca", sino una "marcha estadounidense" para llamar la atención sobre los derechos de todos los estadounidenses y pedir que sean protegidos.
"Me motiva ver a jóvenes blancos con carteles que dicen 'la vida de un negro importa'", señaló.
Según las distintas estimaciones se hablaba de entre 5.000 a 10.000 personas que se congregaron en la Pennsylvania Avenue, que conecta la Casa Blanca con el Capitolio.
La manifestación de Nueva York tuvo una convocatoria similar. Este sábado fueron convocadas marchas en más de 20 grandes ciudades estadounidenses, desde la costa este a la oeste, entre ellas Boston, Chicago, Austin, Kansas y San Francisco.
Cincuenta años después de que el presidente Lyndon B. Johnson firmara la Ley de Derechos Civiles y casi seis años después de que Barack Obama hiciera historia al convertirse en el primer presidente afroamericano de su país, Estados Unidos no logra superar sus problemas raciales, como han demostrado los acontecimientos recientes.
Las protestas contra la brutalidad policial se reanudaron este verano en Ferguson, tras la muerte de Brown por disparos de un agente blanco. La muerte del adolescente, que iba desarmado, provocó fuertes disturbios raciales en todo el país y reabrió el debate sobre la brutalidad policial.