Miles de personas se reunieron hoy en Ishinomaki, una de las ciudades más afectadas por el tsunami que arrasó el noreste de Japón, para recordar desde aquí con ramos de flores y ofrendas a los más de 19.000 muertos y desaparecidos que causó el desastre hace un año.

Un total de 3.735 personas perdieron la vida en este municipio costero, donde hoy los recién llegados daban algo de vida a la principal vía comercial, que pese a estar completamente restaurada después de la tragedia ha visto cerrar la mitad de sus tiendas en el último año.

Tras varios días con cielos cubiertos y temperaturas que rozaban los cero grados, la inesperada llegada hoy del buen tiempo animó a los vecinos y voluntarios que aún trabajan en labores de reconstrucción a pasear por las avenidas.

El emblemático santuario sintoísta de Hiyoriyama, en una de las colinas de la ciudad, ensayaba desde primeras horas de la mañana los cánticos y ofrendas que se realizarán durante los actos de homenaje, que serán seguidos de la iluminación del centro del municipio con velas al anochecer

Solo en Ishinomaki se celebrarán siete actos oficiales, el principal en el centro de eventos Big Bang, donde se han instalado pantallas gigantes para una ceremonia que arrancará a las 14.30 hora local (05.30 GMT) y en la que se espera que participen en torno a 2.000 personas.

El recinto ha sido decorado con 9.000 claveles y otras 25.600 flores recibidas de todo Japón para el acto, que contará con la actuación de un coro e intervenciones de representantes de empresas locales y del alcalde, Hiroshi Kameyama.

Tras un minuto de silencio a la hora exacta del terremoto, hablarán varios supervivientes de la tragedia, entre ellos el representante de las familias del municipio que perdieron a alguien en la catástrofe, Harumasa Tanokura.

Los eventos y memoriales se repetirán en toda la franja nororiental del país, mientras en Tokio habrá una ceremonia oficial en la que participará el primer ministro, Yoshihiko Noda, y el emperador, Akihito.

La tragedia que azotó Japón hace un año dejó 15.854 muertos y 3.167 desaparecidos, según las últimas cifras oficiales, y abrió en Fukushima la peor crisis nuclear en los últimos 25 años.