Miles de personas desfilaron este sábado en Madrid para pedirle al Gobierno español que cumpla con su compromiso de alojar a más de 17.000 refugiados, en el marco de un plan de acogida europeo.
"Ningún ser humano es ilegal", entonaron los manifestantes mientras caminaban por el centro de Madrid, bajo un sol abrasador, sujetando pancartas con lemas como "Puentes, no muros" o "Basta ya de excusas, no más barreras".
La protesta, convocada por decenas de ONGs, entre ellas Amnistía Internacional, tuvo lugar apenas unos días antes del Día Mundial del Refugiado, el próximo martes, y poco antes de que se cumpla el plazo previsto para repartir 160.000 refugiados entre los países europeos, en virtud de un plan de solidaridad pactado en 2015.
El acuerdo, cuyo objetivo era intentar remediar la gran crisis migratoria en Europa y aliviar la presión sobre Italia y Grecia, los países con mayor número de llegadas de refugiados, se ha retrasado mucho.
A primeros de junio, sólo 20.000 refugiados habían sido realojados en Europa. Y España, que se había comprometido a acoger a más de 17.300, apenas recibió a 1.300, según Amnistía.
"España no está haciendo absolutamente nada de lo que tiene que hacer, es una vergüenza", dijo Carlos Díez, un profesor de 55 años que acudió a la manifestación.
Christian Lele, un camerunés de 27 años que entró ilegalmente a España en 2014, escalando la valla entre Marruecos y la ciudad de Melilla, también participó en la protesta.
"Quería estudiar, cambiar mi modo de vida, ayudar a mi familia. (En Camerún) no puedes vivir con lo poco que te pagan", contó.