Desnuda arriba de una bola de demolición, lamiendo un martillo como si fuera a endurecerse más: básicamente, las dos historias que plantea el último video de Miley Cyrus, Wrecking ball. "Quería que fuera un video icónico", dijo la cantante a la revista Rolling Stone, aludiendo a la cantante Sinead O'Connor como su norte, y al clip de Nothing compares 2 U como inspiración. La irlandesa escuchó el piropo y se asustó. Mediante carta abierta, la urgió a no dejar "que la industria te convierta en una prostituta", aun cuando fuese Cyrus la encargada de sentar la tarifa. "Oscurecerás tu talento si permites ser vendida", le aconsejó.
Vino la pataleta de vuelta, infantil y despiadada: Cyrus publicó en su cuenta de Twitter una captura de pantalla de los mensajes que O'Connor escribió en enero de 2012, clamando por ayuda siquiátrica y entregando sus datos personales ("Estoy en peligro", dicen) junto a la célebre foto cuando la cantante rajó en dos, al aire en la televisión estadounidense, una fotografía del Papa Juan Pablo II. Después de eso, se excusó: "No tengo tiempo para escribir una carta abierta, porque estaré cantando y animando Saturday night live".
O'Connor guardó los sobres, y ahora amenaza con acciones legales. Y Cyrus, antes de subir esta noche al prestigioso programa de televisión estadounidense consiguió una vitrina perfecta más -polémica, gratis, global- para marcar la antesala de su nuevo disco, que sale este martes.
Bangerz es el cuarto disco de la cantante, tercero sin el alias de estrella Disney Hannah Montana y el primero fuera del brazo discográfico de la casa del ratón Mickey, Hollywood Records. Cyrus, de 20 años, hace tabla rasa sobre su discografía y de su pasado como ídola teen, sumergida entre cortinas de beats hip hop sureño, desplazándose de cualquier reminiscencia country -apenas algo de esos sonidos se escuchan en la canción 4x4- por el fraseo dancehall, desterrando el rosa Disney por el neón fucsia de su carátula.
EL MOVIMIENTO
El álbum trae tres baladas casi tradicionales: Adore you, Drive y Wrecking ball, que crecen en interés morboso desde que la cantante terminó con su novio, el actor Liam Hemsworth.
Pero en general, el sonido de su nueva producción presenta un giro tan drástico como el cambio de imagen que la cantante asumió en agosto de 2012, cuando su pelo se convirtió en un mohicano decolorado y comenzó a hablar de su gusto por la marihuana y el molly, la droga de moda en Los Angeles.
Todo ese trance aparece retratado en The movement, el documental que la cadena MTV estrenó el miércoles pasado en Estados Unidos, donde la cantante afirma que todas esas decisiones "son parte de un plan mayor", y se muestra al tanto de de sus últimas polémicas. Una de las más bulladas: su paso por los premios MTV, donde apareció apenas vestida, inclinándose cada 20 segundos a sacudir el trasero, tras lo cual se disparó su último single en los rankings.
"¿Pero cuántas veces hemos visto esta misma jugada?", se pregunta ella, recordando las actuaciones de Madonna y Britney Spears en el mismo escenario, y los intentos calculados por alborotar a las audiencias. "La idea es -concluye- que la gente siga hablando de ese show dos semanas después, no sólo dos segundos".
Spears es una de las invitadas al disco -aparece como voz invitada en SMS (Bangerz)-, donde también hay espacios para los raperos French Montana y Big Sean. La producción ejecutiva quedó en manos de Mike Will Made It, aunque las canciones pasaron por la mayoría de las manos que cotizan al alza en las producciones de Katy Perry y Rihanna, como Dr. Luke, will.i.am, Tyler The Creator y Pharrel Williams.
Williams, hoy convertido en hombre hit de mano de Daft Punk, advierte que no hay nada raro en la metamorfosis de la ex chica Disney: "Su padre es Billy Ray Cyrus. Su madrina, Dolly Parton. Creció escuchando hip hop. ¿Por qué les sorprende que baile así, que haga esto otro? Es un producto de América". Miley Cyrus se lo dice a la cara a Britney Spears, en una escena del documental, cuando la cantante de Baby one more time se aparece por el estudio. "Soy lo que tu fuiste para mi generación. Soy el primer disco de mucha gente. Soy una entretenedora y no quiero ser nada más". Y la madrina sólo asiente, apenas entendiendo.