Los comandantes de las Fuerzas Armadas brasileñas admitieron por primera vez que no tienen elementos para negar que se haya torturado y asesinado a presos políticos durante la última dictadura militar (1964-1985), aseguró hoy el diario Folha de Sao Paulo.
El rotativo cita oficios en los que constan declaraciones de militares de las tres fuerzas -Ejército, Marina y Aeronáutica- que fueron enviados por el ministerio de Defensa a la Comisión Nacional de la Verdad (CNV), la cual investiga violaciones a los derechos humanos cometidas durante el régimen.
Según los documentos, el comando de la Aeronáutica afirma no tener elementos para rebatir la acusación de que hubo graves violaciones ni que el Estado tuvo responsabilidad en ello.
Por su parte, la Marina alega que no tiene pruebas para negar ni confirmar las denuncias que surgen de las investigaciones de la comisión.
En tanto, las autoridades del Ejército sostienen que no sería pertinente cuestionar decisiones que fueron tomadas por el Estado brasileño, el cual ya reconoció la existencia de torturas y muertes durante el periodo.
El Ministerio de Defensa calificó las declaraciones como un importante avance en el proceso de reconocimiento público de que efectivamente existieron esas violaciones a los derechos humanos y de que el Estado brasileño es responsable por lo sucedido.
No obstante, según "Folha", la comisión tomó con cierta prudencia las declaraciones, y dirá que es necesario que haya alguna manifestación más contundente por parte de las autoridades castrenses.
Los oficios fueron ordenados por el ministro de Defensa, Celso Amorim, a pedido de la CNV, que preguntó a las fuerzas castrenses si "confirman o niegan las informaciones presentadas y comprobadas por la CNV".
En la solicitud, la comisión citó los nombres de 24 víctimas de la dictadura, especificando las agresiones que sufrieron, el lugar en el que éstas ocurrieron y las pruebas recogidas.
Según datos suministrados por familiares de detenidos desaparecidos, durante el régimen hubo al menos 339 presos políticos, de los cuales unos 150 siguen en calidad de desaparecidos.