Sólo dos días después de la visita de la canciller alemana, Angela Merkel, miles de militares en Portugal también protestaron hoy en contra de la política de austeridad impuesta por el gobierno del país, sumergido en una profunda crisis.

Se hará todo para no tener que participar "en la represión de las protestas de los indignados ciudadanos", en contra de los "injustos recortes", dice una declaración aprobada por aclamación en Lisboa.

En la manifestación realizada en la plaza de los Restauradores en el centro de la capital portuguesa participaron unos 10.000 militares de diversos rangos, según estimaciones de los medios. 

Entre otros, hicieron un llamado al presidente Anibal Cavaco Silva a usar su derecho a veto en contra del controvertido presupuesto de ahorro del gobierno de centroderecha.

Las protestas son contra las permanentes eliminaciones de beneficios sociales y contra los muchos aumentos de impuestos, pero también por problemas particulares que afectan a las fuerzas armadas, indicaron los medios. Casi ya no hay fondos para mantenimiento, compra de repuestos o entrenamiento militar.

Los manifestantes acordaron nuevas acciones de protestas contra aquellas "medidas (de ahorro) que afectan en general tan duramente a los portugueses".

Entre otros, el 27 de noviembre se realizará una vigilia frente al Parlamento y el palacio presidencial previo a la votación definitiva sobre el borrador del presupuesto.

El martes, unos 5.000 agentes protestaron en contra de la política de ahorro implementada por el gobierno, en la mayor manifestación policial en la historia de Portugal.

Los policías marcharon hasta el Parlamento en Lisboa portando pancartas que decían "Para proteger la seguridad pública: basta de recortes" e insultaron a los miembros del gobierno de centroderecha, a quienes calificaron de "ladrones".

Al igual que en otras protestas, los manifestantes también exigieron la renuncia del primer ministro Pedro Passos Coelho.

Portugal recibió en 2011 un paquete de ayuda de 78.000 millones de euros otorgado por la "troika" integrada por la Unión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

A cambio, el gobierno debe reducir hasta el año 2014 el déficit fiscal hasta el máximo del tres por ciento. A raíz de las medidas de ahorro, la economía se contraerá en 2012 al menos un tres por ciento, según estimaciones oficiales. El desempleo llegó a la tasa récord del 15,9 por ciento.