Militares y policías federales asumieron el control de la seguridad en 32 municipios del centro y sur de México, que han sido azotados por la violencia que genera el narcotráfico, dijo el miércoles el Comisionado Nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido.
El despliegue de elementos federales, que llegaron a sustituir a policías locales, incluye el estado de Guerrero, donde a finales de septiembre estudiantes de magisterio fueron atacados y secuestrados por policías municipales, quienes posteriormente entregaron a un grupo de 43 jóvenes a criminales.
"En los 32 municipios de los estados de Guerrero, México y Michoacán, la policía federal asume a partir de esta fecha el control de la seguridad municipal, acompañada con la Secretaría de la Defensa Nacional", dijo Rubido.
El central Estado de México, que rodea la capital del país, registró de enero a octubre 1,895 muertes violentas, mientras que en Michoacán y Guerrero 981 y 1,268, respectivamente, según cifras oficiales.
No se precisó la cantidad de elementos que llegarán a cada estado. Durante la madrugada habrían arribado unos 500 policías federales al puerto turístico de Acapulco, dijo a Reuters un vocero de la Comisión Nacional de Seguridad.
El resto del operativo se extenderá hacia la zona conocida como Tierra Caliente, donde grupos criminales como Los Rojos y Guerreros Unidos mantienen cruentas pugnas por el control de las rutas para traficar drogas como heroína y marihuana.
Más de 30,000 personas han sido asesinadas en México desde que el presidente Enrique Peña Nieto comenzó su gestión a finales de 2012.
Aún cuando han sido detenidos importantes capos de la droga, esto sólo se tradujo en la fragmentación de cárteles que han diversificado sus actividades delictivas.
Expertos han cuestionado las acciones que ha emprendido el Gobierno en seguridad, las cuales no han logrado mostrar bajas significativas en delitos como secuestro, homicidio y extorsión, con respecto a las cifras que dejó su antecesor Felipe Calderón (2006-2012).