Luego de que las 33 universidades adscritas al sistema PSU informaran las ponderaciones que ocuparán para seleccionar a sus alumnos, hubo algunos que se molestaron, al punto de organizar una marcha hacia el Consejo de Rectores (Cruch). Se trata de los alumnos de los llamados "liceos emblemáticos", encabezados por el Instituto Nacional, quienes dicen que el aumento en la ponderación del ranking de notas los perjudica, pues la exigencia que tienen es elevada y sus notas los castigarán.

Al respecto, la ministra de Educación, Carolina Schmidt, indica que "las universidades son autónomas y libres de determinar su sistema de admisión". Y agrega que, como ministerio, "favorecemos y apoyamos el ranking como una medida de equidad e inclusión que creemos muy importante de incorporar en el sistema de selección".

Sin embargo, sostiene que "la forma de cálculo que ha elegido el Cruch para el ranking introduce un elemento adicional que refuerza el valor de la nota y la dispersión (...) y, por lo tanto, favorece a los alumnos que tienen un promedio de notas más alto (...). En general, beneficia más a los alumnos de los colegios particulares". 

Schmidt cuenta, además, que se propuso una fórmula de cálculo diferente, pues, a su juicio, es necesario un método "más puro" que no duplique, por ejemplo, las Notas de Enseñanza Media (NEM), en caso de que un alumno esté bajo el promedio de la generación (ver recuadro).

Según el rector del Instituto Nacional, Fernando Pérez, este instrumento, que dice podría favorecer a un gran grupo de estudiantes, "no consideró el perjuicio que le están causando a un grupo de estudiantes que supera los 100 mil alumnos a lo largo de Chile, como lo son los del Liceo 1, del Carmela Carvajal, del Instituto Nacional".

Agrega que "se nos cambian las reglas del juego" a pocos meses de rendir la PSU y, según sus estimaciones, los alumnos que tienen promedios entre 5,8 y 6,2 tendrían que lograr "dos puntajes nacionales para poder entrar a las carreras que quieren".

Al otro lado de la vereda están quienes se muestran a favor del ranking, debido a que estudios señalan que favorece a estudiantes de colegios municipales, vulnerables y mujeres. De hecho, el vicepresidente del Cruch, Juan Manuel Zolezzi, señaló, tras la última reunión del consejo, que "todas las universidades que han decidido aumentar la ponderación del ranking, lo han hecho después de reflexionar profundamente y de analizar datos que indican que no sólo es una herramienta que contribuye a la inclusión, sino que mejora los indicadores de retención y titulación de los jóvenes en las carreras".

NUEVA INSTITUCIONALIDAD

Según Schmidt, la discusión que se ha generado con el ranking revela la necesidad de contar con una nueva institucionalidad para la admisión a la educación superior, debido a que ésta tiene un impacto en la educación secundaria, técnica, y en las becas y créditos que entrega el Estado.

Schmidt añade que es necesario que esta institucionalidad tenga el foco en la calidad del sistema y, además, debería contar con "un programa, una planificación de cómo se van a ir introduciendo las distintas herramientas, y que sea transparente en informar ese programa, (para que así) los alumnos tengan las condiciones, la información necesaria para poder tomar decisiones más adecuadamente".