La minera anglo-australiana Río Tinto sorprendió al mercado al duplicar su dividendo anual y con la promesa de devolver US$5.000 millones a sus accionistas en los próximos dos años para absorber flujos extraordinarios de dinero, luego de reportar una utilidad trimestral récord.

En 2010, la empresa reportó un beneficio récord -sin incluir costos extraordinarios- de casi US$14.000 millones, lo que supone un aumento del 122% respecto a 2009, según informó la compañía en Londres. Así, incluidos los gastos especiales, las utilidades incluso incrementaron en un 194% hasta US$14.300 millones.

El tamaño de la recompra y la meta de completarlo para el 2012 no fue suficiente para algunos inversionistas, que esperaban un mayor monto de dinero, y provocó un descenso en las acciones de Río Tinto.

"El hecho de que (la recompra de acciones) sea a largo plazo habría decepcionado a algunos inversionistas", dijo Lyndon Fagan, analista de RBS en Sidney.

La firma elevó su dividendo a 108 centavos de dólar por acción para el año, desde los 45 centavos del año previo. Los analistas habían dicho que cualquier monto superior a los 100 centavos iba a ser una sorpresa.

"Eso por sí solo refleja la confianza que nos tenemos para mantener ese dividendo, porque es un dividendo progresivo", dijo el presidente financiero de la firma, Guy Elliott.