En una época en que la aldea global es una realidad, no es de extrañar que el manejo de más de un idioma sea una necesidad que debe inculcarse desde la más tierna edad. Y en una época en que la televisión por cable ya descubrió que los niños son uno de sus principales grupos objetivos, tampoco extraña que las series para preescolares enseñen un nuevo idioma a los más pequeños.
Uno de los espacios pioneros en esa misión fue Dora la exploradora, producción con el sello Nickelodeon que debutó en 2000 y que muestra las aventuras que día a día enfrenta una niña de siete años de origen latino junto a su mascota, el mono Botas. Sus episodios muestran a Dora solucionando distintos problemas -a modo de un juego de computador- mientras se mezclan palabras en inglés y español.
Varios años después, en 2006, el segmento Playhouse Disney de Disney Channel se sumó a la iniciativa al estrenar Manny a la obra, una serie hecha por la productora canadiense Nelvana para Disney, que tiene como protagonista a Manuel "Manny" García, un joven experto en reparaciones. Al igual que Dora, Manny también es de ascendencia latina, por lo que sus historias -en compañía de un grupo de herramientas parlantes- también mezclan el español con el inglés.
Pero aún faltaba una nueva y arriesgada mirada a la educación bilingüe escolar a través de la pantalla: Ni Hao Kai-lan, un singular programa de Nickelodeon para preescolares que busca que estos últimos aprendan chino mandarín. Su protagonista es una niña china de 6 años que comparte sus vivencias con un koala, un tigre, una rinoceronte y un mono, además de su abuelo, a quien ella llama Yeye. Un nuevo paso de la televisión educativa y en la invasión oriental que se avecina.