En 2005, un accidente dejó a Cristián Espinoza en silla de ruedas cuando vivía en Concepción. Hoy reside y trabaja en pleno centro de Santiago, pero su desplazamiento por la ciudad no es fácil. En un recorrido que parte en Alameda con calle Serrano, Espinoza va dejando en evidencia sus problemas para trasladarse libremente por la capital. Ya a la altura de la calle París, los adoquines del tradicional barrio dificultan su desplazamiento. Más al sur, al llegar a Alonso Ovalle, las veredas son más estrechas y las bajadas a la calzada no existen o no coinciden con los pasos peatonales.

Este problema fue observado por el Servicio Nacional de la Discapacidad (Senadis),  organismo que en su informe anual de accesibilidad de 2013, señaló que en el país sólo un 50% de los itinerarios peatonales presenta rebajes adecuados y un quinto de ellos tendrían mal solucionada esta barrera.

Problemas de este tipo son recurrentes en el país, y afectan al 12,93% de los población que presentan alguna discapacidad.

Por esta razón, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) introducirá cinco cambios fundamentales a la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones (OGUC), norma que regula las construcciones en Chile, con el fin de mejorar la accesibilidad universal.

Entre éstos figuran establecer dimensiones mínimas para trayectos continuos en las veredas que incluyen fajas con huella podotáctil (sistema de señalización destinado a personas con discapacidad visual, que puede ser detectado con el pie o bastón), la construcción de pavimentos guía y de alerta para un mejor desplazamiento, la inclusión de espacios libres para sillas de ruedas en espacios públicos, como los estadios, así como rampas antideslizantes que faciliten la movilidad desde una calzada a veredas, entre otras innovaciones.  (ver infografía).

Los cambios fueron sometidos a consulta pública entre  el 9 de octubre y el 8 de noviembre, para adecuar la ordenanza a la ley N° 20.422 que fijó las disposiciones sobre igualdad de oportunidades e inclusión social para personas con discapacidad, en 2010.

Las opiniones recibidas durante la consulta ahora serán analizadas por el Minvu y el Senadis, antes de consolidar el documento final que debe ser visado por Contraloría.

"Estamos trabajando arduamente, con la gente, en todos los frentes para dar a las familias chilenas más grados de igualdad y equidad social, y ello incluye a las personas con discapacidad que requieren de mayores espacios y accesos para interactuar en sus comunidades y mejorar su calidad de vida", dice la ministra de Vivienda y Urbanismo, Paulina Saball.

Por su parte, Mauro Tamayo, director del Senadis, afirma que este cambio normativo será una herramienta clave para implementar las mejoras arquitectónicas. "Las adaptaciones que todos los edificios hacen para garantizar la accesibilidad tendrán un instrumento claro con el cual poder realizarlas, para que así no exista el vacío que hoy tenemos de no contar con esas herramientas claras", explica.

Una de las organizaciones que participó en la consulta pública fue la Corporación Ciudad Accesible. Su directora, Pamela Prett, señala que este cambio normativo es el más relevante de los últimos años porque define lo que es ruta accesible y obliga a las constructora a presentar planos de accesibilidad, que incluye hasta los espacios comunes.

Prett agrega que las observaciones que plantearon podrían ser triviales para algunos, pero relevantes para las personas que utilizan silla de ruedas. Por ejemplo, que el rebaje de las veredas en los cruces peatonales sean a cero centímetro y no a uno como plantea la norma. "Un centímetro ya puede ser una barrera", insiste Prett.

Visión internacional 

Para el arquitecto español Enrique Rovira-Beleta, Chile está por encima de los países de América Latina en esta materia. El experto internacional se encuentra en el país invitado por el Minvu para dictar una charla sobre accesibilidad urbana para personas con discapacidad.

Rovira-Beleta sabe bien de lo que habla. En 1982, un virus le afectó la medula espinal y desde entonces se moviliza en silla de ruedas.

Este arquitecto cree que el Transantiago ha sido un aporte importante para superar las barreras que impone la ciudad a las personas con problemas para desplazarse. "Yo vine a Santiago cuando circulaban las micros amarillas haciendo carreras. El Transantiago hizo una apuesta para ordenar, para ordenar los paraderos, y hay una prioridad para personas con discapacidad para subir", señala.