La ministra de Educación, Mónica Jiménez, participó en la celebración del Día de los Pueblos Originarios visitando el Jardín Infantil Kipai-Antu (Sol Naciente en lengua mapudungun) de la comuna de La Pintana.
El establecimiento tiene una matrícula que supera los 200 menores, cuenta con extensión horaria -que facilita la lactancia materna- y ofrece la enseñanza de lenguas indígenas.
"En un mundo globalizado, con mayor razón, nos vamos a integrar desde nuestra identidad. Es decir, debemos integrarnos a esta globalización, pero bien parados en lo que somos y, como pueblo chileno, no podemos desconocer las diferentes influencias que hemos tenido: Primero, los Pueblos Originarios, y luego, otras culturas que fueron llegando a nuestro país", afirmó la ministra.
"Hay ciertos establecimientos educacionales que tienen una alta concentración de alumnos pertenecientes a nuestros pueblos originarios. Es ahí donde debemos hacer un trabajo especial. Un ejemplo de ello es La Pintana, comuna que tiene cerca de 18.000 habitantes de origen Mapuche", dijo la ministra.
Cerca del 10% de los niños y niñas que se incorporan a los jardines de JUNJI pertenecen a las etnias Aymara, Quechua, Atacameña, Diaguita, Rapa Nui, Mapuche, Pewenche, Huilliche, Kaweshkar y Yámana. En la actualidad, el Gobierno posee cerca de 50 jardines infantiles y salas cuna interculturales a lo largo de todo el país.
El Día Nacional de los Pueblos Indígenas fue promulgado en 1998. La fecha corresponde al Solsticio de Invierno (entre el 20 y 24 de junio), cuando los Pueblos Originarios celebran su Año Nuevo. La mayoría de estas culturas, en general, dan gracias a la Madre Tierra y al Padre Sol, y les solicitan que les traigan un año productivo y rico en animales y cosechas para la comunidad. En el caso del pueblo Mapuche, la celebración del Año Nuevo es para dar las gracias a la Madre Tierra por su generosidad y para solicitarle que sea benéfica con la comunidad en el año que comienza.