Luego de ocho meses en La Moneda, el ministro de la Secretaría General de Gobierno, Alvaro Elizalde, analiza el primer año de mandato de la Presidenta Michelle Bachelet, el que finalizó marcado por la renuncia de la ministra de Salud, Helia Molina. Frente a esto, reconoce que los dichos de la ex ministra opacaron anuncios importantes del gobierno, como el acuerdo por la agenda laboral. Por lo mismo, aclara que desde un primer momento Molina manifestó su intención de dar un paso al costado para no dañar al Ejecutivo.
¿Cómo evalúa el rol de la Nueva Mayoría en este primer año de gobierno?
La Nueva Mayoría ha tenido un compromiso explícito que se ha expresado, sobre todo, en las votaciones en el Parlamento con el programa del gobierno. No obstante, muchas veces hay declaraciones públicas que generan la falsa sensación de que tenemos mayores diferencias de las que realmente existen.
Esas declaraciones públicas que generan una "falsa sensación", como usted dice, han estado en su mayoría centradas en la DC. ¿Son ellos quienes han generado este escenario?
Ha habido una responsabilidad compartida por todos en la Nueva Mayoría y, por tanto, el gran desafío que tenemos para este año es precisamente cuidar el lenguaje y, sobre todo, el clima interno.
El llamado a cuidar el lenguaje y evitar dar esa sensación de división lo ha realizado el gobierno desde el inicio de las polémicas, sin embargo, esto ha continuado. ¿Qué pasa, entonces?
No es fácil, porque existe un incentivo, tal vez perverso, que consiste en que las declaraciones, mientras más disruptivas son, tienen mayor cobertura. Eso no tiene que ver sólo con la Nueva Mayoría, sino que con el conjunto de los actores políticos.
El ministro Arenas dijo que el video de la reforma tributaria había sido un error. ¿Cuál es su posición al respecto?
Nosotros tenemos la obligación de informar y obviamente podemos hacer siempre de mejor forma nuestro trabajo.
¿Pero no jugó en contra hablar de "los poderosos de siempre" cuando el gobierno buscaba establecer una alianza público-privada?
Siempre podemos informar mejor y el esfuerzo siempre irá en esa línea.
El ministro del Interior y la Presidenta han reconocido que el gobierno ha fallado a la hora de comunicar las reformas.
Efectivamente, hemos tenido dificultades para explicar bien cómo las reformas significarán un logro para las familias. Es parte de la naturaleza de los procesos de cambio que cuando se impulsa una determinada transformación se genera cierto grado de incertidumbre respecto del impacto que van a tener estos cambios y en el caso de las reformas que impulsamos no ha sido la excepción.
Usted, como principal encargado de las comunicaciones del gobierno, ¿se siente responsable de dicho déficit?
Cuando se cumple una función hay que asumir los aciertos y errores del equipo.
El gobierno se había anotado un triunfo con la agenda laboral, la que al parecer todo el oficialismo apoya, además de las buenas cifras de empleo. ¿La entrevista de Molina arruinó eso?
Efectivamente, las declaraciones de la doctora Molina generaron tal expectativa en los medios de comunicación, que opacaron estas dos buenas noticias: la presentación de una agenda laboral y las cifras de desempleo que indicaron una tendencia a la baja. Por eso ella, consciente de que sus declaraciones iban a generar una polémica que se podía proyectar durante semanas, prefirió dar un paso al costado.
Pese a esto, su renuncia finalmente terminó marcando la agenda de fin de año del gobierno
La dinámica noticiosa de la política es lo suficientemente rápida, así que en ese sentido no me cabe duda que en pocos días estaremos hablando de los desafíos en materia de salud. La renuncia de la ministra Molina no cambia en nada el compromiso del gobierno de avanzar en la despenalización del aborto en tres casos particulares.
La ex ministra Molina dijo que apenas publicada la entrevista ella se comunicó con usted para renunciar. ¿Por qué en ese momento se emite un comunicado en vez de aceptarle la renuncia?
Es mejor siempre tener una visión de conjunto más que de hechos aislados. Lo relevante es que la ministra de Salud finalmente dio un paso al costado precisamente para evitar generar una polémica artificial. Todos los detalles no son relevantes para el análisis de fondo.
Pero ¿es efectivo que el Minsal elaboró un borrador que luego fue modificado por La Moneda agregando la frase "las palabras de la ministra no representan el pensamiento del gobierno"? En ese caso sí es relevante, porque constituye un hecho inédito.
El detalle específico de la elaboración del documento lo desconozco. Lo que sí puedo señalar es que finalmente este fue un comunicado que entregó el propio Ministerio de Salud, así que, en ese sentido, representa al Ministerio de Salud.
La propia ex ministra dijo que tras esa frase no podía continuar. ¿El gobierno "le quitó el piso"?
Helia Molina, desde que se comunicó con La Moneda, planteó su voluntad de dar un paso al costado.
En el oficialismo plantean que tras la salida de Molina se debiera acelerar un cambio de gabinete más profundo.
La composición de los gabinetes y sus cambios los determina la Presidenta de la República. Es una atribución exclusiva de ella y, por lo tanto, no corresponde que los ministros opinemos al respecto. No hay nada más desafortunado que un ministro opinando respecto de una atribución que es exclusiva de la Presidenta.