El ministro de Trabajo de Brasil, Carlos Lupi, sospechoso de corrupción, se presentará en una audiencia parlamentaria donde responderá preguntas de representantes de la oposición que exigieron su renuncia.
Lupi, del Partido Democrático Brasileño (PDT), quien ayer había asegurado que sólo dejará el cargo en el que se desempeña desde el gobierno del ex presidente Luiz Lula da Silva, si lo sacan "a balazos", hoy aceptó presentarse ante los parlamentarios que lo interrogarán en la Comisión de Fiscalización de la Cámara baja.
El diputado Duarte Nogueira, jefe del bloque del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), recomendó la renuncia de Lupi, mientras el Partido Popular Socialista (PPS), además de exigir su salida solicitó que sea investigado por la Fiscalía Federal.
La revista Veja publicó el sábado que colaboradores de Lupi cobraron sobornos de hasta un 15% a ONGs, mientras el diario Correio Braziliense informó sobre irregularidades similares en las oficinas del Ministerio de Trabajo en el estado de Mato Grosso do Sul.
El funcionario dijo hoy haber sido víctima de una "una denuncia vacía e irresponsable. Esto es un instrumento de los cobardes que se esconden detrás anonimto, me gustaría desafiarlos a presentar pruebas".
De todos modos Lupi, que el sábado había echado a uno de sus principales colaboradores en el Ministerio, admitió que pudo haber habido alguna irregularidad en su entorno.
"No puedo impedir que alguien del vigésimo escalón (del Ministerio de Trabajo) haya hecho algo errado, si lo hubiera hecho debe haber cárcel para el corrupto y también para el corruptor", reconoció.
El lunes Lupi debió suspender su agenda de compromisos en Río de Janeiro y tuvo que viajar hacia Brasilia para presentar explicaciones ante la presidenta Dilma Rousseff en el Palacio del Planalto. Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), removió 6 ministros, cinco de los cuales fueron acusados de maniobras dolosas con dinero público, entre junio y octubre pasados.