El ministro de Justicia de Brasil, José Eduardo Cardozo, afirmó que carecen "de base jurídica" los pedidos de que se inicie un juicio político a la presidenta, Dilma Rousseff, con miras a su destitución, informaron hoy medios locales.
En una entrevista a la web UOL, publicada en la víspera de las manifestaciones convocadas en decenas de ciudades de Brasil contra de la jefa de Estado, el ministro dijo que es una "equivocación profunda" pedir la destitución de Rousseff "sin ninguna base jurídica" y "justo después" de una "elección democrática".
Cardoso reiteró que pedir la destitución "huele a golpe" y sugirió que se trata de una "revancha" de los partidos de oposición por "no haber asimilado la derrota" en las elecciones del pasado octubre, en las que Rousseff ganó un segundo mandato por un estrecho margen de tres puntos porcentuales sobre el senador Aécio Neves.
Según el ministro, la legislación brasileña establece que debe existir un "hecho jurídico imputable" al presidente para iniciar un proceso de destitución y recalcó que "no hay nada a ser imputado" a Rousseff.
La posibilidad de un juicio político se discute abiertamente en la prensa y en medios políticos, con los argumentos del enorme escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras y también por las medidas económicas anunciadas por el Gobierno que, según la oposición, suponen un "fraude electoral" por ser opuestos a las promesas de Rousseff en la campaña.
El pasado jueves el partido opositor Solidaridad anunció que a partir del domingo promoverá una recogida de firmas para solicitar el proceso de destitución y el viernes el diputado derechista Jair Bolsonaro presentó un pedido formal en este sentido a la Mesa Directora de la Cámara de Diputados.
Un pedido de esa naturaleza puede ser presentado por cualquier ciudadano brasileño, aunque debe ser admitido a trámite por la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, cuyo presidente, Eduardo Cunha, ya ha dicho que archivará de inmediato cualquier iniciativa formulada en ese sentido.
Varios sectores pretenden demandar este domingo la destitución de Rousseff, aunque otros grupos tan sólo han anunciado su intención de protestar contra la corrupción o contra las medidas de austeridad anunciadas por el Gobierno.
Otros grupos minoritarios de los que participarán en las manifestaciones sí piden abiertamente una "intervención militar", aunque los principales partidos opositores se han desmarcado de este tipo de demandas.