"Hay un cementerio inglés en Recife, no creo que su población aumente durante la Copa del Mundo". Estas palabras, curiosas por lo bajo, pertenecen nada menos que al ministro brasileño de Deportes, Aldo Rebelo. ¿La escena? Una entrevista a corresponsales extranjeros, con periodistas británicos presentes.

Y hay más: "No creo que los ingleses enfrenten mayores riesgos a los que enfrentan en Irak o en Afganistán, donde recientemente perdieron centenares de jóvenes soldados", agregó.

¿El contexto? El ministro respondía a las preguntas de un reportero inglés, que abordaba la preocupación de sus compatriotas por la situación de seguridad en Brasil, donde se multiplicaron los enfrentamientos entre policías y delincuentes en las favelas de Río, y se mantienen además las protestas contra el mundial. Rebelo optó por minimizar los riesgos con sus irónicas respuestas.

Asimismo, se refirió con ironía a los temores de los equipos visitantes en relación a la sede de Manaos, ubicada en la selva amazónica y conocida por los elevadísimos niveles de humedad, que hacen que la sensación térmica supere muchas veces los 40 centígrados.

"Un diario escribió que habría riesgo de que serpientes atacaran a súbditos de Su Majestad en las calles de Manaos", afirmó Rebelo, quien aseveró que esa posibilidad no está confirmada por las estadísticas. "Yo investigué las muertes ocurridas por ataques de serpientes y de perros y las estadísticas no son tan alarmantes como le gusta a la prensa presentar", expresó.