Gérard Longuet, el ministro de Defensa francés, aseguró que por el momento "no sabemos exactamente dónde está Gaddafi", y agregó que tras los avances de las fuerzas rebeldes en Trípoli, el líder libio "ya no tiene apoyos en su capital".

El secretario de Estado señaló, además, que Gaddafi perdió las posibilidades de enfrentarse a un juicio internacional, comentando que esto "hubiera sido posible hace algunos meses, pero escogió el combate y lo ha perdido".

Longuet aprovechó de destacar el trabajo de las fuerzas francesas en el avance de los rebeldes, asegurando que "ha sido un éxito de Francia", en cuanto la movilización "fue posible porque la población estaba protegida por la coalición internacional, y en primera fila, por el Ejército francés".

Respecto al actuar de su mandatario, Longuet dijo que Sarkozy se expresó "muy claramente y desde el principio" respecto a la necesidad de actuar en Libia, y que "mantuvo la cabeza firme" pese a las críticas.