El ministro británico de Justicia, Jack Straw, denegó hoy la libertad a Ronnie Biggs, conocido como el "ladrón del siglo" por el asalto al tren de Glasgow (Escocia), porque "no se arrepiente de su delito".

Pese al precario estado de salud y la avanzada edad de Biggs, de 79 años, Straw decretó que el recluso siga en la cárcel pese a que la llamada Comisión de Libertad Condicional recomendó el pasado día 25 su puesta en libertad.

El titular de Justicia calificó de "inaceptable" que Biggs incumpliera la ley en su momento e intentara evitar las consecuencias de sus actos delictivos.

"El sistema legal de este país merece más respeto", arguyó Straw, al subrayar que si Biggs hubiera cumplido la sentencia de 30 años de cárcel que se le impuso en un principio, "habría sido un hombre libre hace muchos años".

El ministro hizo pública la decisión después de que el conocido delincuente fuera ingresado el pasado fin de semana en el hospital universitario de Norfolk y Norwich (este de Inglaterra) por una fractura de cadera y una infección pulmonar.

El propio preso, que casi no puede caminar ni hablar y recibe alimentación a través de un tubo, había solicitado la concesión de la libertad antes de cumplir 80 años el próximo 8 de agosto.

El "ladrón del siglo" tenía derecho a la libertad por haber cumplido un tercio de su condena de treinta años, si bien la decisión final estaba en manos del ministro británico de Justicia.

El recluso cumple su condena en la prisión de Norwich (este de Inglaterra) y, de haber sido puesto en libertad, sus allegados habían previsto su traslado a un centro medico de Barnet (norte de Londres), cerca de donde vive su hijo, Michael, de 34 años.

El abogado del "ladrón del siglo", Giovanni Di Stefano, criticó la decisión de Jack Straw y adelantó que planea una revisión judicial del caso.

"Diez años es suficiente. Esto (la decisión de Straw) muestra la cara perversa del Gobierno británico. Es un castigo cruel e inusual", agregó Di Stefano.

Biggs ha sufrido varios ataques cardíacos, apoplejías y crisis epilépticas desde mayo de 2001, cuando decidió entregarse voluntariamente a la Justicia británica, tras haber huido en 1965 a Brasil.

El preso se hizo famoso por el denominado "robo del siglo", en el que él y catorce cómplices sustrajeron en agosto de 1963 unos 4,2 millones de dólares del tren de Glasgow, la mayor suma robada hasta entonces en un único asalto.

Tras cumplir sólo quince meses de los treinta años de cárcel de su condena, Biggs se fugó de la prisión de Wandsworth (suroeste de Londres) y huyó a París y Australia, hasta acabar en Brasil.