El pasado 14 de marzo, la Cuarta Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago decidió finalmente que los controladores de Penta, Carlos Eugenio Lavín y Carlos Alberto Délano, debían continuar en prisión preventiva. El voto disidente del tribunal compuestos por tres magistrados del tribunal de alzada capitalino fue del presidente de la instancia, Juan Escobar Zepeda. En esa ocasión el juez indicó que votó en contra de mantener presos a los dueños del holding porque "la libertad conjuntamente con el derecho a la vida es uno de los más preciados derechos de los seres humanos". En entrevista con La Tercera, el magistrado explica las razones por las que fue el voto disidente.
¿Qué motivó la decisión que tomó ese día?
Ese día 14 de marzo, que fue un sábado, yo di a conocer mi voto disidente y expliqué que dado el tiempo transcurrido desde que empezó la investigación, la que estaba comenzando porque habían sido formalizados recientemente, consideré que era susceptible de que pudieran tener otro beneficio. Esto a raíz de que hay una cosa que la gente a veces no entiende, no es que quedaran en libertad, sino que sostenía que estuvieran con la cautelar de arresto domiciliario y arraigo nacional.
¿Cuál es su postura frente a estas prisiones preventivas?
Una cosa que no lo dije ese día, no correspondía tampoco, es que una hora, un día, que un ser humano esté privado de libertad y preso en una cárcel debe ser muy doloroso. Y estas dos personas a quienes ni siquiera conozco, o todo ese grupo que estaba de Penta, ya habían estado privados de libertad desde hace siete u ocho días, lo habían experimentado. Esa es mi posición.
Siguiendo ese argumento se podría liberar a personas que están recluidas por otros delitos como los homicidios
Por supuesto, desde luego. Eso sí que hay que ver si tienen antecedentes anteriores y las circunstancias en que se cometió el homicidio, si fue con alevosía, premeditación, etc. Hay que ver cada circunstancia.
El caso
¿Cuál es su visión del caso Penta?
Mi única intervención en ese proceso fue ese día en la audiencia más larga que he tenido desde que se inició la Reforma Procesal Penal en Santiago. Solamente hasta ahí llegué.
¿Qué le parecieron los argumentos que presentaron los abogados ese día?
Me pareció la intervención de las partes de este caso bastantes contundentes, muy buenos los alegatos. Mi idea fue darles a todos la tranquilidad de tener la libertad de expresarse ese día. Creo que se cumplió ese objetivo, dado que el Poder Judicial quedó bien. Me interesaba demostrar la integridad de los componentes de la sala. Nosotros nos reunimos y resolvimos de manera independiente y no hubo presión de ninguna especie.
¿Recibieron llamados previos al fallo?
No, ninguno. Si hubiera algún llamado no lo aceptaría de ningún lado. Nosotros no tomamos en cuenta ningún aspecto de carácter político, filosófico o religioso. Creo que el Poder Judicial tiene que situarse sobre esas circunstancias. Esa es la justicia, por lo menos para mí. Yo creo que la mayoría de los ciudadanos en Chile pensaba que estos señores (si se revocaba la resolución) quedaban en libertad. Eso no es cierto, iba a estar bajo el arresto domiciliario total y arraigo. Reitero que ya habían experimentado haber estado en una cárcel privados de libertad. Yo le pregunto ¿Usted estaría un día preso? Mi posición es que la justicia es de seres humanos para seres humanos, esta es mi postura personal.
¿Qué opina del actuar del Ministerio Público en esta causa?
Nosotros no opinamos sobre el actuar de la fiscalía, porque ellos tienen una autonomía absoluta para dirigir la investigación. Nos atenemos a los antecedentes que nos llegan al momento de resolver.
¿Usted tendrá que revisar la causa nuevamente si es que hay apelaciones?
Hasta el momento quedó (la causa) radicada en la Cuarta Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago (la que es integrada por él y los magistrados Alfredo Pfeiffer y Jaime Balmaceda). No sé que antecedentes nuevos pudieran adjuntarse luego al proceso. Nosotros respetamos lo que aporte el Ministerio Público y lógicamente también hay que hacerlo con lo que aportan las defensas, porque ese es el debido proceso.