Ministro de Salud será nuevo presidente de los liberales en Alemania

Philipp Rösler, un joven político de 38 años y que ocupa actualmente el cargo de ministro de Salud alemán, será el nuevo presidente del Partido Liberal (FDP), el socio menor de la coalición de centroderecha de la canciller Angela Merkel, que quedó sumido en una seria crisis tras los últimos reveses electorales.

Rösler, de 38 años, comunicó hoy que presentará su candidatura para la presidencia del partido en reemplazo de Guido Westerwelle. "Soy miembro del FDP desde hace 19 años y desde entonces trabajo con alegría por la causa liberal. Por ello me he decidido a asumir más responsabilidad en estos tiempos que no son fáciles para el FDP", dijo el ministro al término de una reunión de los máximos gremios partidistas.

"Para el FDP es clave recuperar la credibilidad", manifestó. "Soy consciente de la gran responsabilidad que esto implica", agregó.

Los máximos dirigentes liberales dieron su apoyo al joven político de cara a la votación que será celebrada en el congreso del FDP a mediados de mayo.

Rösler anunció cambios en la orientación política y en la dirigencia después de que la agrupación quedó identificada exclusivamente con las rebajas impositivas, una promesa electoral que nunca llegó a cumplir por las situación de endeudamiento del Estado tras la crisis.

El ministro de Exteriores alemán, Guido Westerwelle, resolvió el domingo no presentarse a una nueva reelección, presionado por las bases que exigían su retirada a consecuencia de los reveses electorales sufridos por los liberales en los últimos comicios regionales.

Rösler dijo que seguirá a cargo del Ministerio de Salud, poniendo fin a las especulaciones de que podría desbancar del ministerio de Economía a su veterano correligionario Rainer Brüderle.

También asumirá la vicejefatura de gobierno que ostenta Westerwelle, quien permanecerá al frente del ministerio de Asuntos Exteriores. De esta forma, el gabinete de Merkel no sufrirá cambios.

Westerwelle dirigió el partido los últimos diez años. Bajo su mando, el FDP consiguió el récord de casi 15% en las elecciones generales de 2009 y regresó al poder de la mano de los democristianos de Merkel.

Sin embargo, las derrotas sufridas por el partido en las últimas tres elecciones regionales y la creciente impopularidad llevaron a las bases a retirar la confianza a Westerwelle.

Políticos de la oposición y analistas se preguntaron si el debilitado Westerwelle podrá conservar la autoridad necesaria para seguir dirigiendo la diplomacia alemana.