"Los turistas no son objetivo de ETA", aseguró hoy el ministro del Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba, tras los ataques terroristas perpetrados en las últimas dos semanas en la isla de Mallorca, llena estos días de visitantes extranjeros y españoles con motivo de las vacaciones de verano.
Rubalcaba compareció hoy en una conferencia de prensa en su ministerio para informar sobre las investigaciones en marcha tras los últimos atentados de ETA, que el 30 de julio mató con una bomba lapa a dos guardias civiles en la isla mediterránea y este domingo hizo estallar cuatro bombas de escasa potencia en establecimientos de Palma, la capital mallorquina.
"Mallorca está en máxima alerta" para evitar nuevos atentados, aseguró el ministro. Y es que todas las hipótesis sobre cómo y cuándo ETA colocó los artefactos siguen abiertas.
Las fuerzas de seguridad trabajan "dentro y fuera de la isla" porque cualquiera de las hipótesis es "plausible", aseguró sobre la posibilidad de que los terroristas que atentaron el domingo se encuentren o no en Mallorca. Las bombas del domingo podrían haberse colocado con anterioridad a su explosión utilizando un temporizador de tiempo largo.
"Lo razonable sería que los mismos etarras que mataron a los dos guardias civiles el pasado 30 de julio serían los autores de colocar los temporizadores", indicó Rubalcaba sobre la relación entre los dos atentados cometidos por ETA en Mallorca en diez días.
Rubalcaba confirmó que fueron cuatro y no tres los artefactos que explotaron el domingo, todos de poca potencia, con menos de medio kilo de explosivo.
ETA alertó de las explosiones con tres llamadas de teléfono, una de ellas realizada desde Francia y otra hecha por "error" a un ciudadano de Córdoba.
Quien avisó lo hizo de forma confusa, sin decir cuántos artefactos iban a explotar ni la localización de éstos, lo que impidió a las fuerzas de seguridad desalojar los lugares en los que luego explotaron las bombas. "Fueron llamadas incomprensibles", dijo Rubalcaba.