El ministro de Obras Públicas de Chile, Laurence Golborne, presentó este lunes en Pekín el nuevo plan de construcción del Puente Chacao, que unirá la isla de Chiloé con la parte continental chilena, y ofreció a constructoras del país asiático la posibilidad de participar en este ambicioso proyecto.
"La gente de Chiloé debe terminar con su aislamiento respecto del continente, y venimos a China y Corea del Sur porque nos interesa que el máximo de oferentes de todas partes del mundo presenten sus propuestas", destacó Golborne al presentar el proyecto en la sede de la Asociación Nacional de Constructores de China.
Ante representantes de empresas chinas que han acometido toda clase de proyectos internacionales, desde estadios de fútbol en África a presas hidroeléctricas en el sur de Asia o proyectos de irrigación en el Sáhara, Golborne destacó la importancia del proyecto para Chile y el interés en que China participe.
"La ingeniería china tiene un tremendo desarrollo en materia de puentes e infraestructuras, es uno de los países que ha tenido un mayor desarrollo en este campo en los últimos 20 años", declaró a el ministro, subrayando que el país asiático tiene cinco de los diez puentes de mayores vanos del mundo.
Golborne señaló que el proyecto simboliza el deseo de Chile de elevar a un nuevo nivel la relación con China, que actualmente es ya muy importante en materia de comercio de bienes y servicios (30.000 millones de dólares anuales en intercambios) pero todavía tiene mucho potencial en materia de inversiones.
"China y Chile son socios comerciales con una tradición permanente de buenas relaciones en los últimos 40 años y es el momento de incentivar mucho mas fuertemente la inversión china, especialmente en el ámbito de la infraestructura y el de la construcción", subrayó el titular de obras públicas.
El puente para Chiloé sobre el Canal de Chacao, zona en la que viven unas 150.000 personas, tendrá 2.600 metros de longitud y sólo un punto de apoyo en su centro (en la Roca Remolinos).
El presupuesto máximo establecido por el Estado de Chile, que aspira a que la construcción esté terminada para 2019, es de 740 millones de dólares.
El proyecto de unir a Chiloé, en la región de Los Lagos, con el resto del país ha estado en boca de las autoridades chilenas desde hace más de medio siglo, y los gobiernos de Ricardo Lagos y Eduardo Frei retomaron el plan en las dos pasadas décadas.
Sin embargo, en esos primeros proyectos se planteó una concesión privada (la constructora se financiaría mediante los peajes que cobrara durante las décadas posteriores) que no convenció, ya que se calcula que el tráfico del puente será insuficiente para hacerlo rentable con este sistema.
El gobierno de Sebastián Piñera ha retomado el plan y cambiado el régimen de concesión por uno de contratación privada: pagará directamente a la empresa constructora.
"Estamos convencidos de que el presupuesto que hemos estudiado para poder concretar esta obra es suficiente", subrayó a Golborne, quien reiteró que lo importante es tener el mayor número posible de oferentes para "asegurar el mejor precio para nuestro país".
La construcción del puente tiene la dificultad añadida de que el Canal de Chacao suele soportar fuertes vientos y marejadas, y además se encuentra en una zona de alta actividad sísmica.
Golborne visitará en China cuatro puentes sobre el río Yangtsé (centro este del país) que muestran el potencial constructor del país asiático, y más tarde visitará Corea del Sur para ofrecer también el proyecto a firmas de esa nación, igualmente puntera en este tipo de estructuras.
El ministro mencionó ante los constructores chinos otros proyectos vitales para Chile en los que cabría la posibilidad de que China participe, como el cierre del anillo de circunvalación de Santiago (autopista Américo Vespucio Oriente) o la Costanera Central, que unirá la zona alta de la cordillera con el centro de la capital.
En China, Golborne mantendrá además entrevistas con los ministros chinos de Comercio, Chen Deming, y de Transporte, Li Shenglin.