El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, destacó el aporte realizado por los tres estadounidense que ganaron hoy el Premio Nobel de Economía 2013.

El premio fue este año para los economistas Eugene F. Fama, Lars Peter Hansen y Robert J. Shiller, quienes a juicio del secretario de Estado, han hecho un trabajo crucial para entender los mercados accionarios y de activos.

Larraín explicó que los trabajos de los galardonados por la Academia Sueca, "son considerados clásicos y han ayudado mucho a entender las fluctuaciones de los precios de las acciones y activos".

En este sentido, agregó que "Fama determinó que los precios de las acciones prácticamente no se pueden predecir en el corto plazo y que reaccionan con fuerza ante eventos nuevos que ocurran. Hansen aplicó el método estadístico de los momentos para explicar y analizar los precios de los activos. Y por último, tal vez el que más ha capturado la atención últimamente es Robert Shiller, que a partir de las explicaciones de Fama, tomó los precios de los activos y dijo que es muy difícil predecir en el corto plazo, pero sí se pueden predecir los precios de las acciones en un plazo más largo".

Asimismo, Larraín destacó que el índice creado por Shiller, es el más utilizado para seguir al mercado inmobiliario norteamericano. Así, la decisión por parte del Comité del Nobel es ampliamente validada por los méritos que tienen estos tres brillantes economistas".

ESTADOS UNIDOS

El secretario de Estado insistió en su preocupación por la situación en Estados Unidos, ante el cierre parcial del gobierno y la posibilidad de que la principal economía del mundo entre en cesación de pagos si el próximo jueves 17 de octubre no se alcanza un acuerdo entre el Congreso y el Ejecutivo.

El ministro agregó que de no llegar a una solución, "Estados Unidos va a vivir un problema serio en el resto de este mes, que puede llegar a la cesación de pagos en la deuda pública norteamericana por primera vez en la historia, al menos desde 1790".

Manifestó que una moratoria "generaría un escenario muy complejo, no sólo en Estados Unidos, sino en el mundo. Lo responsable que deben hacer los políticos norteamericanos es llegar a un acuerdo y dar una señal de tranquilidad en una economía mundial que está creciendo en forma precaria. Esperamos que haya un acuerdo, pero no es responsable que la principal economía del mundo llegue al borde del precipicio para alcanzar ese acuerdo y generar algo de calma para los mercados financieros".