El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, aseguró hoy que el principal problema de Europa no es la recesión, sino el desempleo, y que para hacerle frente es importante avanzar en la puesta en marcha de la unión bancaria.
En vísperas de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea en Bruselas, el secretario de Estado dijo en entrevista con Efe que esa unión es importante para que Europa "pueda abordar los problemas financieros, generar más confianza y continuar con el proceso de ajustes de las economías, pero un ajuste que incorpore crecimiento".
"Todos estamos esperando que esta nueva cumbre pueda avanzar resueltamente en la unión bancaria", señaló en un encuentro al margen de un foro en París del Instituto Internacional de Finanzas (IIF), en el que participa como uno de los exponentes.
Larraín consideró que la zona euro debe contar con mecanismos más expeditos para poder reaccionar a crisis como la actual, y que hubo lentitud ante la misma, bien porque la tomara por sorpresa, a su juicio, o porque no se previera su magnitud.
En el foro del IFF, entidad que agrupa a gran parte de los bancos del mundo, se puede percibir, en opinión del ministro, que aunque en lo relativo a cambios estructurales profundos no se ve mucho optimismo respecto a la situación europea, aunque hay algo de confianza sobre lo que puede ayudar a largo plazo.
"Algunos países han hecho ajustes muy fuertes, han progresado en materia fiscal y han reducido los costos laborales unitarios, como España, y también se ha generado alguna mejora en el sector externo, pero el problema sigue siendo una economía que crece poco, con tasas de desempleo muy elevadas", sostuvo el ministro.
A su juicio, aquellos que están mejor preparados para afrontar los vaivenes de la economía mundial son quienes ostentan una "posición fiscal sólida, un déficit fiscal bajo, activos externos importantes, fondos soberanos, y niveles de déficit más bajos de cuenta corriente".
Y en ese sentido, aunque admitió que Chile no está blindado ante los mismos, sí goza de una economía con mucha fortaleza, que aunque atraviesa una desaceleración, que hace prever un crecimiento de 4,6% en el conjunto del año, hace que esta no sea tan brusca como la experimentada por otros como Brasil.
El foro en el que participa concluye este miércoles, y antes de la clausura Larraín dará un discurso en el que además de abogar porque los análisis que se hagan sobre América Latina tengan en cuenta sus distintas realidades, insistirá en su crítica al denominado "relajamiento cuantitativo".
"Es uno de los mayores experimentos de la política monetaria, sino el mayor. Un territorio no surcado antes", apuntó el ministro sobre el plan de compra de bonos de la Reserva Federal.
A punto de que esa práctica se abandone gradualmente en Estados Unidos a principios del próximo año, según recordó, el problema es que, aludiendo a una metáfora médica, "primero la dosis fue muy alta para el paciente, luego el paciente se volvió adicto, y ahora el doctor no sabe cómo sacarle la medicina".
Además de su intervención en el foro, Larraín tiene previsto reunirse hoy con el ministro frnacés de Finanzas, Pierre Moscovici, y mantener un encuentro mañana con el gremio empresarial de ese país MEDEF.
Al participar en este tipo de reuniones y conferencias como la del IIF, según concluyó, "más que a tomar una dosis de optimismo, uno viene a ver lo que ocurre. (...), y la realidad es que Europa está en recesión, que en 2013 va a seguir, y que la salida en 2014, si es que la hay, va a ser muy moderada, muy modesta".