Tras la aprobación de la Ley que prohíbe el compuesto timerosal en ciertas dosis de vacunas, se han manifestado en contra de la moción el mundo científico, junto a diversos actores de la salud y el mismo gobierno. En medio de este escenario, el ministro de Salud, Jaime Mañalich, aseguró esta tarde, que el Minsal contactará al futuro jefe de la cartera de Salud del nuevo gobierno, para "consensuar una opinión sobre esta política. Asumimos que va a ser concordante con lo señalado, que un veto presidencial será una buena idea para detener este desastre", confirmó el secretario de Estado.

La iniciativa prohíbe la fabricación, importación y suministro de todo tipo de vacunas destinada a menores de ocho años, embarazadas y adultos mayores, que entre sus componentes contengan timerosal o compuestos organomercúricos.

Mañalich también aclaró que "el presidente de la república no ha tomado una decisión respecto al veto para esta Ley. Por ahora estamos concentrando las opiniones de autoridades nacionales e internacionales de diversas sociedades científicas que avalan nuestra idea de que esta Ley produce más daño que beneficios", indicó.

Para el ministro "La ciudadanía tiene que estar tranquila porque el gobierno actual y futuro actuará con la responsabilidad que corresponde, para que el desastre que produciría esta Ley, no ocurra", insistió Mañalich.

ACUSACIÓN POR LOBBY

El titular de Salud, fue directo al grano: Mañalich considera que los parlamentarios, o sea los diputados quienes finalmente despacharon la moción, han sido intervenidos a través del lobby de los laboratorios.

Según el ministro, "¡Hubo lobby absolutamente! Independiente de que yo me arriesgue a una nueva querella por esto, lo denuncio en todas sus letras: El lobby parlamentario de los laboratorios que quieren una mayor utilidad, al transformar el Programa Nacional de Inmunizaciones (PNI), es absolutamente vergonzoso y hacemos el llamado a eliminar estas prácticas espurias a través de la Ley del Lobby", afirmó.

Mañalich además respondió a La Tercera,  que se generaron conversaciones con parlamentarios  "mientras lo permitieron ellos".

"En la cámara de diputados se llevó a discusión en la Comisión de Salud, no se citaron nuevamente a los expertos, no se tomó lectura de las cartas que había mandado la Organización Panamericana de la Salud (OPS), a través de sus agentes. Entendemos que había un apuro por sacar adelante esta Ley, por razones más bien políticas", apuntó.