Los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (UE) debaten hoy el problema de la evasión fiscal y vías para mejorar la cooperación, pero Austria aseguró que luchará por mantener el secreto bancario en contra de toda la presión que recibe, especialmente tras crear un frente común seis países.

El ministro irlandés de Finanzas, Michael Noonan, explicó a su llegada a la reunión informal del Ecofin que quiere establecer los puntos de vista de sus veintiséis homólogos para después delinear el camino a seguir.

Pese al impulso creado en las últimas semanas por Francia, España, Italia, Reino Unido, Polonia y Alemania, que el viernes presentaron su plataforma en público, Austria sigue afirmando que luchará por el secreto bancario del país, dijo su ministra de Finanzas, Maria Fekter al llegar a la reunión.

"Eso lo debo a los austríacos y no lo considero necesario", señaló la ministtra, quien explicó que es mucho más eficiente el sistema de retenciones en el origen y transferir el dinero al país afectado.

"La Unión Euroepa ya recibe datos de Austria en el marco de la OCDE sobre el blanqueo de capitales y lucha contra el fraude y en eso Viena es muy cooperativa", aseguró Fekter.

Explicó que en el caso de su país cuando ciudadanos alemanes tienen su dinero en Austria se les retiene en el origen el 35% y después lo entregan a Alemania.

"Es más inteligente dar el dinero que crear un cementerio de datos con el intercambio automático", dijo Fekter, quien indicó que tiene este sistema de cooperación con Suiza y Liechtenstein.

La evasión fiscal cuesta a la Unión Euroepa 1 billón de euros al año, una cifra que el ministro español de Economía y Competitividad, Luis De Guindos, no supo cuantificar para España.

"Más que la cifra, es una voluntad absoluta de lucha contra el fraude fiscal", señaló De Guindos, quien sostuvo que la presentación en público del proyecto piloto de seis países europeos "envió no solamente una señal, sino que se tomó una decisión que es extremadamente adecuada y es que todos vamos a cooperar".

Ese grupo de Estados miembros quiere trabajar en "un instrumento piloto de intercambio multilateral" de información bancaria, un sistema basado en el modelo acordado con Estados Unidos.

"El fraude fiscal, si hubiera intercambio automático de datos, como acordamos ayer, sería muchísimo más difícil" y si simultáneamente se llevara a cabo una política adecuada en relación con paraísos fiscales y medidas contra el blanqueo de capitales, todavía más, dijo De Guindos, quien alabó el paso dado por Luxemburgo, que a partir de 2015 transmitirá la información sobre los intereses que reciben los no residentes.