Los ministros de Exteriores de los países miembros del G8 (los siete más industrializados, sumado Rusia) no lograron consensuar y terminaron por no aprobar una intervención militar en Libia, acordando que en lugar de ello sea el Consejo de Seguridad de la ONU quien incremente la presión sobre el líder libio Muammar Gaddafi incluyendo "medidas económicas".

El grupo, concluyó hoy su encuentro de dos días en París sin llegar a un acuerdo, ante la división de posturas representadas por Francia y Reino Unido, favorables a imponer una zona de exclusión aérea sobre Libia y Alemania y Rusia, apoyados por Italia y Estados Unidos, más reticentes.

En la declaración final los ministros hablan sin embargo de "graves consecuencias" para Gaddafi. El tema pasa así de nuevo al Consejo de Seguridad de la ONU, donde se debaten sobre nuevas sanciones al líder libio.

El ministro del ramo francés y anfitrión del encuentro, Alain Juppe, lamentó la actitud de sus colegas. "Hemos perdido quizá una oportunidad para reinstaurar el equilibrio" entre el gobierno y la oposición libia, dijo en declaraciones a la radio Europe 1. Francia ostenta la presidencia de turno del G8.

Antes, había expresado los temores de que Gaddafi reconquiste el feudo rebelde de Bengasi. Sin el uso de la fuerza, la comunidad internacional será probablemente incapaz de frenar el avance de Gaddafi y la reconquista de Bengasi, advirtió Juppe, después de que las conversaciones el lunes con sus homólogos de Estados Unidos, Rusia, Canadá, el Reino Unido, Alemania, Japón e Italia no dieran fruto.

El ministro alemán, Guido Westerwelle, rechazó sin embargo una solución militar para el país norafricano. "Una solución militar no es ninguna solución", dijo hoy en París. Además, se mostró "muy escéptico" sobre una posible zona de exclusión aérea sobre Libia.

"No veo que Alemania pueda participar en una acción militar en Libia", pues una operación militar podría dañar más que ayudar, porque conduciría a "debilitar el movimiento opositor en el norte de África", cuando se pretende lo contrario: el refuerzo del movimiento demócrata.

También las repercusiones para todo el mundo árabe deben ser consideradas. Sin embargo, Westerwelle no reveló la posición alemana en una votación ante el Consejo de Seguridad, donde ocupa actualmente un asiento rotatorio. Se considera la posibilidad de que se abstenga.