Problemas sociales como bullying y alteraciones a la salud como deformaciones en columna y síndrome de resistencia a la insulina son algunos de los efectos que puede generar el sobrepeso en los niños. Y en el país, una alta tasa de ellos está expuesto a estas condiciones, pues el 34% de los niños menores de seis años padece malnutrición por exceso.
Así lo confirma el estudio que elaboró el Ministerio de Salud, a partir de los controles realizados a los niños durante el 2013, el que concluye que hasta los seis años, el 24% sufre sobrepeso, mientras que el 10%, incluso antes de entrar al colegio, ya está en condición de obesidad. "Estas mediciones las estamos haciendo permanentemente en niños de entre cero y seis años, a lo largo del país, en los controles que estos se realizan en los consultorios. Son cerca de un millón de menores y es una base de datos potente respecto de su estado nutricional, que además nos alerta que estamos en una condición complicada y que debemos tomar medidas para revertirla", explica Lorena Rodríguez, jefa del departamento de alimentos y nutrición del ministerio.
Además, en un desglose regional, el informe establece que es en el sur del país donde se encuentra la mayor prevalencia de niños con sobrepeso, liderados por la Región de Aysén, con un 15,4% de ellos en esta condición, seguido de Magallanes, con 13,1%, y las regiones de Los Lagos y Los Ríos, que alcanzan un índice del 12,8%.
Otro elemento que advierte el análisis es que es a los dos años de vida del menor cuando la curva de sobrepeso comienza a aumentar y que varía bruscamente al alza cuando los niños tienen entre tres y cinco años.
La pediatra y especialista en nutrición Cecilia Castillo explica que la condición de sobrepeso ocurre cuando un menor tiene más del 10% del peso que debería tener para su estatura y edad, mientras que en el caso de la obesidad, este rango sube al 20%.
"La obesidad empieza a aumentar con los años en los niños, por eso cuando uno saca un promedio nacional entre los cero y los seis años de vida, la prevalencia es de un 10%, pero cuando uno la calcula entre los niños de cuatro a seis años, llega a que entre el 16% y el 18% es obeso", dice Castillo.
Agrega que el cambio de peso es rápido en los menores, en la medida en que comienzan a mal alimentarse con alimentos procesados y que esto comienza cuando empiezan la etapa de jardín infantil y se añaden a su dieta productos envasados de alto contenido graso. "Uno ve a los niños con una mamadera llena de bebida azucarada y ahí empieza todo. Una bolsa de papas fritas o galletas les adiciona 200 a 300 calorías, y para un menor, que debe consumir 1.000 a 1.200 calorías, este consumo frecuente los lleva a la obesidad o al sobrepeso en sólo seis meses. Es un aumento muy brusco", afirma.
Para Eduardo Atalah, académico del departamento de nutrición de la Universidad de Chile, es necesario concordar una política multisectorial para abordar la obesidad infantil e intentar revertirla. A su juicio, hay responsabilidades personales, familiares y sociales en el problema de la obesidad y se requieren cambios estructurales para contrarrestar la actual prevalencia.
"Una sola acción no sirve. Los niños deben hacer más actividad física, las familias deben tender a una alimentación más saludable, los colegios deben incentivar la vida sana y evitar el consumo de productos altos en calorías. También se han propuesto elevar impuestos a la comida no saludable y eso debe evaluarlo el Parlamento", dice Atalah, quien añade que es un desafío difícil. "Son muchos los factores, donde hay parte de las familias, la oferta y el acceso a alimentos poco saludables y la publicidad que se hace de ellos. Un estudio mostró que los fines de semana hay dos horas de publicidad es estos productos, y de mensajes saludables, con suerte tenemos dos al año", dice Atalah.