Pedro Quinteros, el niño de 12 años que es prioridad nacional en trasplante de corazón, es un claro ejemplo de la compleja situación que vive el país en esta materia: lleva más de 20 días esperando un donante.
Al respecto, la ministra de Salud, Helia Molina, dijo que "si bien hay una unidad ministerial y se trabaja con diversas organizaciones sociales, científicas y que los hospitales grandes tienen un sistema para captar posibles donantes, esto no ha dado resultados, no ha sido suficiente", agregando que "trabajamos en una propuesta de institucionalidad que permita contar con un modelo más eficiente. Nos falta educar a la población".
La idea es que la unidad en el Minsal a cargo de trasplantes tenga mayor autonomía y, mediante una coordinación directa con los equipos en los hospitales, logre revertir la alta tasa de negativa a la donación, que supera el 50%.
El jefe de la Unidad de Procuramiento del Hospital San Juan de Dios, Juan Eduardo Sánchez, dijo que este rechazo responde a que "hay quienes creen que sus familiares graves no serán atendidos como corresponde, que el diagnóstico de muerte encefálica no se hace de buena forma, que los órganos pueden ser vendidos, que el cuerpo de la persona fallecida va a sufrir variaciones o que los órganos serán extraídos estando la persona viva. Todo esto es un mito", enfatizó.
En Chile, 80% de los trasplantes en el país se llevan a cabo por medio del sistema público de salud y a la fecha, más de mil 800 personas requieren de un trasplante. Además, a la fecha, casi 4,5 millones de personas se han inscrito como no donantes.